Hasta cuatro informes publicados en esta semana por diferentes organismos han recortado las previsiones sobre el crecimiento económico que experimentará Brasil este año y han despertado dudas sobre el rumbo que seguirá el país suramericano que parece inmerso en la desaceleración.
Entre los cuatro informes destaca el elaborado oficialmente por el Gobierno brasileño que redujo la previsión de crecimiento del 2,5% al 1,8%, lo que supondría un descenso con respecto a 2013 y para muchos analistas sería una prueba de la desaceleración en la economía del país suramericano.
Sin embargo, la previsión del Ejecutivo es la más optimista de las publicadas esta semana. El informe "Boletin Focus", elaborado por el Banco Central de Brasil con las opiniones de un centenar de analistas financieros, pronosticó que el crecimiento quedará fijado en el 0,97%, tres centésimas menos que el elaborado por la patronal de los industriales del país suramericano, la Confederación Nacional de Industria (CNI).
El último de los informes publicados a lo largo de la semana es el trimestral del Fondo Monetario Internacional (FMI) que analiza la economía mundial y que predijo que Brasil crecerá un 1,3% en 2014, seis décimas menos que el pronóstico que hizo en abril.
En opinión del economista y profesor de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) Mauro Osorio da Silva, el crecimiento debe situarse "un poco por encima del uno por ciento", lo que supone un "crecimiento bajo, pero que mantiene muchas expectativas", según afirmó en una entrevista concedida a Nóvosti.
Según comentó, el dato de crecimiento observado por estas encuestas "tiene un problema" y es que "hoy Brasil está muy dividido" en gran parte por la proximidad de las elecciones presidenciales que se celebrarán el próximo cinco de octubre y en las que Dilma Rousseff aspira a ser reelegida.
Este clima, según dijo, "contamina mucho los debates y cambia las expectativas" algo que tiene una incidencia directa en la economía porque "tiene mucho que ver con las expectativas, los empresarios están inseguros y eso traba la inversión".
Para Osorio, para que se mantenga un crecimiento sostenido en los próximos años es necesario "dar prioridad en la inversión en infraestructura". Destacó que esta no es una cuestión que pueda resolverse a corto plazo ya que "desde los años 80 Brasil ha tenido una reestructuración del sector público muy grande", por lo que el país debe "recuperar capacidad pública" para invertir en estas construcciones.
"Aún tenemos que estructurar más el sector publico", concluyó
En este sentido, Osorio afirmó a Nóvosti que la creación del Banco de Desarrollo de los Brics, impulsado en la última cumbre del grupo que componen Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, con el objetivo de fomentar la construcción de infraestructuras, "es correcto".
En cualquier caso, destacó que este nuevo organismo "amplia las alternativas" para financiar los proyectos en los que, en su opinión Brasil debe invertir, si bien consideró que "va a demorar en llegar a efecto" y tendrá verdadera utilidad a "medio y corto plazo".
En su opinión, para que Brasil mantenga un crecimiento sostenido en el tiempo, tiene que consolidar esa inversión y también aprovechar otras "oportunidades que tiene enfrente" como el presal, una enorme reserva marina de petróleo descubierta por la empresa estatal Petrobras en aguas profundas del Atlántico.
Esta reserva, que podría convertir a Brasil en uno de los mayores exportadores mundiales de crudo, abre, en opinión de Osorio "una ventana de inversión muy importante".
Asimismo, y según comentó a Nóvosti, Brasil debería observar una reducción del valor del real.
Otro de los datos que más han levantado las alarmas en Brasil es el estancamiento del crecimiento del consumo interno que se había convertido en uno de los elementos clave para el país suramericano.
Según dijo Osorio, existen varias estadísticas que ofrecen datos diferentes por lo que es necesario esperar para constatar si esa desaceleración es así.
En este sentido, destacó la necesidad de continuar con "políticas redistributivas" de la riqueza para terminar con "la desigualdad de renta brutal" que tiene Brasil.
Estas políticas elaboradas por el país suramericano, que tienen en el programa "Bolsa Familia" (Beca Familia) su eje central, han permitido eliminar una parte de la brecha económica que sufre el país y han favorecido el incremento del consumo de muchos ciudadanos.
"En la medida en que consiga mantener estas políticas la tendencia va a ser de crecimiento del consumo y eso estimula la inversión", afirmó.
Para ejemplificar el potencial que puede tener este tipo de medidas, Osorio mostró el caso del mercado inmobiliario que en los últimos años ha crecido mucho en Brasil pero que "aún tiene un papel reducido en el PIB" del país si se compara con otras naciones.
Si el consumo sigue aumentando y este atrae inversión, el mercado inmobiliario, como otros, puede crecer y por tanto podría hacerlo la economía.
Otro de los problemas a los que se enfrenta la economía de Brasil es el del crecimiento de la inflación. Esta semana el Ejecutivo del país suramericano proyectó una previsión de inflación a final de año que ha pasado del 5,6% con el que se especulaba en enero al 6,2%, lo que eleva notablemente el dato de 2013, cuando el índice se situó en el 5,91%.
Sin embargo, los analistas que elaboraron el estudio del Banco Central, consideraron que Brasil cerrará 2014 con un crecimiento de la inflación del 6,44%.
En opinión del profesor Osorio, "no hay riesgo de perder control sobre la inflación", lo que consolida sus perspectivas optimistas respecto a la economía brasileña.
"El escenario no es malo, creo que lo que precisa es estar discutiendo con más calma y menos corazón. En cualquier caso no hay indicadores que muestren una situación de crisis peligrosa", concluyó.
