El primer ministro del Reino Unido, David Cameron, ha reunido esta mañana al comité de crisis Cobra para analizar la información y las consecuencias del “atroz, alarmante y espantoso incidente” aéreo, en que al menos ocho británicos perdieron la vida. “Debemos llegar al fondo de la verdad. Si, como parece posible, el avión fue derribado, los autores han de asumir su responsabilidad”, ha señalado el premier tras el encuentro con ministros y altos funcionarios de Inteligencia.
El Gobierno británico rechaza especular sobre las causas y culpables de la catástrofe y presiona por la puesta en marcha de una investigación independiente bajo los auspicios de la ONU. “La prioridad es asegurar que investigadores internacionales independientes lleguen a la zona (del siniestro) con tiempo suficiente para atestar por sí mismos lo que ha sucedido”, ha señalado una portavoz de Cameron en Downing Street.
De momento ocho británicos se dan por muertos entre los 298 pasajeros y tripulación del vuelo MH17, de Malaysia Airlines. Entre ellos, se han identificado a un empleado de la Organización Mundial de Salud (WHO, en sus siglas en inglés) y a dos hinchas de fútbol.
Glen Thomas, de 49 años, trabajaba en la oficina de prensa de la WHO y antes sirvió como reportero con la BBC. John Alder y Liam Seeney viajaban juntos en el avión siniestrado en ruta hacia Nueva Zelanda, donde al parecer planeaban asistir a partidos de pretemporada de su club inglés Newcastle United.
El gobierno no descarta que haya más víctimas británicas entre los pasajeros aún no identificados oficialmente. El príncipe Guillermo, duque de Cambridge, expresó “profunda tristeza” por la pérdida de tantas vidas.
Cameron transmitió sus condolencias al “pueblo holandés” en conversación telefónica con el primer ministro Mark Ruttle. A lo largo de la jornada, el premier británico tiene previsto conversar con los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y de Estados Unidos, Barack Obama.
