La ciudad eslovena de Maribor brindó ayer una cálida acogida al ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov. La visita, que quería evitar el Departamento de Estado de EEUU, concluyó con el compromiso de Liubliana de participar en el proyecto South Stream, escribe Kommersant.
Según el diario, Lavrov en Eslovenia hizo lo que tanto temía EEUU: discutir la cooperación energética bilateral y conseguir que el Gobierno del país manifestara su disposición de ser parte del South Stream.
“Queremos que el gasoducto South Stream pase por nuestro territorio”, dijeron los dirigentes eslovenos al canciller ruso.
Lavrov llegó a Eslovenia procedente de Bulgaria, donde le recibieron bien las autoridades, pero no así la población, que organizó una protesta por la visita del jefe de la diplomacia rusa. Aunque también hubo quienes acudieron al Palacio Presidencial en Sofía con carteles en apoyo de la amistad entre Rusia y Bulgaria y del proyecto South Stream.
Mientras en Eslovenia, según Kommersant, la visita de Lavrov pareció agradar a todo el mundo.
En Maribor el canciller ruso inauguró un museo en memoria de los prisioneros soviéticos que murieron en el campo de concentración nazi Stalag 18D, en el territorio de esta localidad.
Después, el diplomático abordó la situación en Ucrania y la construcción del South Strean con los dirigentes del país. El canciller esloveno Karl Erjavec confesó que en un principio la embajada de EEUU trató de impedir el viaje de Lavrov al país, pero luego el jefe de la diplomacia estadounidense John Kerry dijo que apoya la visita y no ve impedimentos para su celebración.
“Gracias a John Kerry”, dijo Lavrov al escuchar las palabras de su colega esloveno.
Al mismo tiempo, Erjavec precisó que Kerry le pidió velar por los intereses de la UE y la OTAN durante las negociaciones con el ministro de Exteriores de Rusia.
No obstante, Eslovenia no siguió esta recomendación y comprometió su apoyo al South Stream, cuya construcción intentan impedir la UE y EEUU.
