Los bombardeos masivos del Ejército ucraniano en el este del país demuestran que la operación punitiva no es otra cosa que una presión por parte de Kiev contra los ucranianos que se oponen a la política central, opina el comisionado para los Derechos Humanos del Ministerio de Exteriores ruso, Konstantín Dolgov.
“Es una tentativa de la presión contra una parte considerable de los ucranianos que están descontentos y no quieren conformarse con los modelos impuestos por las autoridades de Kiev”, dijo a Nóvosti Dolgov.
Agregó que Exteriores está preocupado por la información que llega desde los suburbios de Lugansk donde no cesan los bombardeos aéreos.
“Es otra señal alarmante que indica que es necesario poner fin a la operación punitiva”, declaró Dolgov.
La semana pasada, las fuerzas del orden de Ucrania se apoderaron de varias ciudades, abandonadas por los milicianos, en el norte de la provincia de Donetsk, incluidas Slaviansk, Kramatorsk y los poblados de Artiómovsk, Konstantínovka y Druzhkovka.
