Los planes de Washington para solucionar la crisis en Irak fracasaron y es muy probable que pronto el país sucumba en el mismo caos que reina en Siria. En la región, EEUU intenta conseguir dos objetivos opuestos: combatir el terrorismo y derrocar los regímenes indeseables apostando por los islamistas radicales del Estado Islámico de Irak y el Levante, escribe Nezavisimaya Gazeta.
El 26 de junio el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, rechazó la propuesta del secretario de Estado de EEUU, John Kerry, de formar hasta el 1 de julio un gobierno de salvación nacional con participación de los suníes que ahora combaten junto con los extremistas del EIIL. El mismo día, el presidente estadounidense, Barack Obama, pidió al Congreso 500 millones de dólares para armar a la oposición siria que exige aún más fondos alegando que actualmente está luchando a la vez contra Asad y el EIIL.
Tomando en consideración que antes de anunciar la eventual ayuda a la oposición siria Kerry se reunió con el rey saudí Abdalá parece que se trata de una idea de Riad.
En breve, las tropas sirias atacaron la ciudad iraquí Al Qaim tomada por los extremistas dando a entender que Damasco y por extensión Teherán podrían socorrer a Bagdad.
El propio nombre del EIIL indica que se creó para destruir el “creciente chií”, Irak, Siria y Líbano, que apareció en Oriente Próximo después de 2003. Por lo tanto, el principal objetivo de la agrupación consiste en la lucha contra Bashar Asad y en este sentido está haciendo un gran servicio a Arabia Saudí.
En general, el éxito del EIIL en Irak es una consecuencia directa de la negativa de Ginebra 2 de estudiar la propuesta de Damasco de luchar contra el terrorismo.
Las dos conferencias de Ginebra sobre Siria demostraron que es imposible a la vez cambiar de régimen y combatir el terrorismo. Todo indica que ahora Washington debería consentir la convocación de otra reunión internacional, propuesta por Damasco, para elaborar un mecanismo de coordinación de la lucha antiterrorista.
No obstante, antes de corregir este error Washington debería cometerlo con otro, en Ucrania. Las palabras “que le den a la UE” que Victoria Nuland pronunció después de que quedara claro que Ginebra 2 había fracasado y Rusia no renunció a una política propia marcaron la intensificación de los esfuerzos de EEUU por derrocar a Yanukovich para conseguir una Ucrania prooccidental y crear grandes problemas para Moscú.
Pero Washington desestimó la influencia de Moscú en Ucrania y no fue capaz de pronosticar la adhesión de Crimea a Rusia. Ahora EEUU está afrontando tres crisis a la vez: en Siria, Irak y Ucrania, y no comprende cómo salir del embrollo creado por su política de "exportación de la democracia".
