El jefe del Estado ruso, Vladímir Putin, y el presidente electo de Ucrania, Piotr Poroshenko, intercambiaron palabras hoy en presencia de la canciller alemana Angela Merkel, en el marco de los actos conmemorativos del 70 aniversario del desembarco aliado.
La breve conversación tuvo lugar después de que los líderes asistentes a la celebración posaran para la “foto de familia”. Una vez terminada la sesión de fotos, todos se dirigieron al palacio en que el presidente galo François Hollande, anfitrión del evento, ofrece un almuerzo oficial.
En el trayecto, Merkel, Putin y Poroshenko se detuvieron y conversaron durante algunos minutos.
El jefe del Estado ruso, Vladímir Putin, y el presidente electo de Ucrania, Piotr Poroshenko, instaron hoy en Normandía a frenar el derramamiento de sangre en el sureste del país eslavo, dijo el portavoz presidencial, Dmitri Peskov.
“En el marco de su breve conversación Putin y Poroshenko se pronunciaron a favor de cesar cuanto antes el derramamiento de sangre en el sureste de Ucrania, así como poner fin a las operaciones militares (...) tanto del Ejército ucraniano, como de los partidarios de la federalización”, dijo Peskov a la prensa.
Más tarde, al palacio llegó el presidente de EEUU, Barack Obama, acompañado por un veterano de guerra de 90 años.
Ayer, los líderes del G7 urgieron a Moscú a reconocer la victoria electoral de Poroshenko, quien ganó en primera vuelta las presidenciales anticipadas del pasado 25 de mayo con el 54,7 % de los votos.
El presidente Putin declaró el 4 de junio en una entrevista con las cadenas francesas TF1 y Europe 1 que Moscú trabajará con las nuevas autoridades de Ucrania porque respeta la voluntad expresada por los ucranianos en las urnas. A la pregunta de si conversará con Poroshenko durante la estancia en Francia, el presidente ruso aseguró que su intención es de no evitar a nadie y hablar con todos. Sin embargo, ningún encuentro oficial estaba previsto en su agenda.
Desde mediados de abril, Kiev realiza una operación especial en las provincias de Donetsk y Lugansk, en Ucrania Oriental, para aplastar a los independentistas que se rebelaron contra el Gobierno central tras el cambio del poder que se produjo a finales de febrero pasado.
Moscú califica de punitiva esa operación, que ya causó numerosas víctimas, e insiste en detenerla sin dilaciones.
Después de las presidenciales ucranianas, Poroshenko exigió llevar a cabo una “operación de limpieza” en el este antes de su investidura programada para mañana, 7 de junio.
