Ana Alba
El papa Francisco es un hombre de sorpresas y así lo ha demostrado esta mañana en la ciudad palestina de Belén (Cisjordania), donde fue recibido por el presidente palestino, Mahmud Abás, y celebró una misa en la plaza del Pesebre, abarrotada por 8.000 personas, junto a la Basílica de la Natividad, donde la tradición dice que nació Jesús.
Francisco, que realiza una peregrinación de tres días a Tierra Santa que lo lleva a Jordania, Palestina e Israel, terminó la ceremonia lanzando una invitación oficial a Abás y al presidente israelí, Shimon Peres, para que se reúnan con él "en una plegaria a Dios para que nos conceda el regalo de la paz".
"Ofrezco mi casa en el Vaticano como lugar para llevar a cabo esta oración”, precisó.
La cita en el Vaticano podría ser la primera semana de junio.
En abril, Israel suspendió las negociaciones de paz con la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en respuesta a la reconciliación entre el movimiento Al Fatah, de Abás, y los islamistas de Hamas, que gobierna en la Franja de Gaza y es considerado una organización terrorista por muchos países de Occidente.
Hasta ahora, ningún Papa había llevado a cabo una invitación así.
“Esto es uno de los signos de la creatividad y el coraje del papa Francisco, de cómo establece nuevas formas de construir la paz, siempre desde la perspectiva de la oración, su mandato no es político”, indicó el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.
Además de sorprender con una invitación inesperada, Francisco hizo una parada imprevista en su camino desde el palacio presidencial de Belén hasta la plaza del Pesebre.
Cuando su comitiva pasaba junto a un tramo del muro de separación que Israel levantó en Cisjordania y que aprisiona la ciudad de Belén, a la altura del campo de refugiados palestinos de Aida, el Sumo Pontífice bajó de su Papa-móvil, el vehículo descubierto en el que ha recorrido las calles de Belén, para contemplar el muro.
Se acercó a él acompañado por el Patriarca Latino de Jerusalén, Fuad Tawal, y rezó unos minutos en silencio.
En el tramo del muro en el que se ha parado se leía la siguiente inscripción: “Papa, necesitamos a alguien que hable sobre la justicia. Belén se parece al gueto de Varsovia. Palestina libre”.
El papa, que aterrizó esta mañana 25 minutos antes de lo previsto en helicóptero en el helipuerto de Belén, se dirigió después a la plaza del Pesebre, donde fue aclamado por centenares de palestinos llegados de diversos puntos de Cisjordania, Jerusalén, Gaza e Israel y también grupos de extranjeros.
“Estoy muy emocionado, es el tercer Papa que veo de cerca, el primero fue Pablo VI en 1964, también vi a Juan Pablo II”, dijo a Nóvosti Farah Nasrallah, de 79 años y vecino de Jerusalén.
En la misa, celebrada en latín, italiano, árabe e inglés, los feligreses han coreado en diversas ocasiones “Viva el Papa” en castellano.
