El contrato de gas que planean firmar Rusia y China producirá un "cambio monumental" en el comercio internacional y permitirá avanzar a un mundo multipolar, considera el economista Richard Wellings del Instituto de Asuntos Económicos (IEA).
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, llegó ayer en visita oficial a China. Las partes ya han firmado documentos de cooperación en los sectores de la banca, telecomunicaciones y construcción de maquinaria.
También se espera que la compañía rusa Gazprom y la China National Petroleum Corporation (CNPC) firmen un contrato para el suministro de 38.000 millones de metros cúbicos de gas anuales a China durante 30 años. El respectivo memorándum de entendimiento fue suscrito en marzo de 2013.
Dijo que ese contrato adquiere una importancia especial ya que la UE busca diversificar las fuentes de energía para reducir su dependencia del gas ruso. Esta dependencia ahora es muy fuerte y la UE corre el riesgo de caer en una situación difícil si continúa su política de sanciones contra Rusia.
Al mismo tiempo, el experto recomienda no sobreestimar el alcance de la transacción potencial. En su opinión, el gas ruso sería sólo una pequeña parte de las exportaciones energéticas a China porque Rusia mantendrá su presencia en el mercado europeo.
