El Tribunal Internacional del Derecho del Mar con sede en Hamburgo, Alemania, emitirá el próximo 22 de noviembre una resolución sobre la actuación de Rusia que en septiembre pasado detuvo el buque holandés Arctic Sunrise con 30 activistas de Greenpeace a bordo.
Inicialmente, Rusia imputó piratería a los tripulantes del Arctic Sunrise que habían intentado escalar una plataforma petrolera de Gazprom en el Árctico, pero luego sustituyó este cargo por gamberrismo, delito que la legislación rusa en vigor castiga con penas de hasta siete años de prisión.
Holanda presentó al Tribunal de Hamburgo una demanda exigiendo que Rusia permita al Arctic Sunrise abandonar sus aguas territoriales, libere a los tripulantes, suspenda las diligencias administrativas y judiciales abiertas contra ellos y se abstenga de cualquier acción capaz de exacerbar aún más el caso.
Un representante del Gobierno holandés, Rene Lefeber, afirmó hoy, al iniciarse la celebración de la vista en Hamburgo, que la detención del Arctic Sunrise viola la libertad de expresión garantizada por el Derecho Internacional.
Rusia se negó a participar en la audiencia alegando que en 1997, al ratificar la Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar, rechazó los procedimientos de arbitraje con resoluciones vinculantes que el documento prevé para litigios sobre el ejercicio de derechos soberanos y de la jurisdicción.
