RBK daily
Rusia conquista el turismo cultural chino
El flujo turístico en 2012 desde China a Rusia aumentó el 47% comparado con el año anterior y próximamente alcanzará la cifra de 500.000 de turistas al año, escribe en su edición de hoy el periódico RBK daily.
Según los datos de la Agencia Federal rusa para el Turismo (Rosturism), en 2012 más de 343.000 turistas chinos visitaron Rusia, duplicándose de esta manera la media para este país. Los viajeros del gigante asiático apuestan por el turismo cultural y visitan Moscú y San Petersburgo, aunque también las ciudades del Lejano Oriente ruso, por su proximidad a las fronteras chinas.
La ejecutiva de la agencia turística rusa Mundo sin fronteras, Svetlana Piatijatka, asegura que en lo que va de este año el flujo turístico desde China aumentó un 15%, alcanzando la cifra de 130.000 turistas. “Si el turismo chino continúa con esta tendencia, para 2015 el país asiático dejará atrás a Alemania, que lidera el turismo en Rusia”, afirma.
Ahora los visitantes alemanes son los que se sitúan en primer lugar en el desglose de las estadísticas por países, con 375.300 visitas al año. Les siguen los chinos, con 343.400 visitas, muy por delante de los turistas estadounidenses (179.800), que se colocan en el tercer puesto.
Svetlana Piatijatka señala que casi una cuarta parte de los turistas chinos (82.000 visitas en 2012) que visitan Rusia se dirigen a Moscú y San Petersburgo. “Como regla general pasan dos o tres días en cada una de estas ciudades y luego siguen su viaje a Europa. Nuestro objetivo es hacer que se queden en el territorio ruso durante más tiempo”, explica.
Su empresa promociona, con éxito, las rutas turísticas relacionadas con el pasado comunista de Rusia, como la ciudad natal de Lenin a orillas del río Volga o su residencia en las inmediaciones de Moscú. “Muchos turistas chinos se interesan por este tipo de viajes”, dice Svetlana.
Cada vez es más popular el turismo fronterizo: el año pasado casi 80.000 chinos viajaron a las regiones rusas del Lejano Oriente. El millonario chino He Wenian, que había apostado hace años por el desarrollo de la infraestructura turística en Blagovéschensk (capital de la provincia de Amur, en el Lejano Oriente ruso), está muy contento. “Cada día recibimos en nuestro hotel entre 150 y 300 personas, básicamente chinos”, dice satisfecho.Tiene previsto crear en Blagovéschensk un complejo turístico, llamado La pequeña Venecia, una ‘copia’ del centro histórico de la ciudad italiana. He Wenian invertirá en el proyecto unos 300 millones de dólares pero cree que los recuperará en pocos años gracias al turismo chino.
Moskovskie novosti
Rusia, en busca de su identidad
La décima reunión del Club Internacional de Debates Valdái concluyó el pasado 19 de septiembre, pero el tema principal de la agenda de este foro -la identidad de Rusia- sigue vigente, escribe hoy el periódico Moskovskie novosti.
¿Cómo es el Estado ruso y su sociedad en el mundo actual? Se ha desatado una aguda polémica entre especialistas extranjeros y rusos al respecto.
¿Para qué necesita la Rusia postsoviética buscar una idea nacional? ¿No sería más razonable simplemente aprovechar la experiencia de la civilización occidental y observar las reglas comunes de la globalización?
Los politólogos occidentales no pueden entender qué busca Rusia. Según ellos, el gigante euroasiático debería esforzarse para convertirse en un país democrático con un eficaz sistema legal. Por su lado, los representantes de la oposición extraparlamentaria rusa defienden esta idea también.
Según ellos, en la sociedad rusa manda la ideología del consumo y la necesidad de la autorrealizacion. Así las cosas, el lema tradicional “por la fe, por el zar y por la patria” no es más que un anacronismo.
El presidente ruso, Vladimir Putin, no está de acuerdo con esto. Al pronunciar un discurso en su encuentro anual con el Club Valdai, integrado por politólogos rusos y extranjeros, el mandatario ruso se pronunció a favor de preservar los valores tradicionales de la sociedad rusa. El líder ruso subrayó que el movimiento progresista era imposible sin la autodeterminación espiritual, cultural y nacional del país.
Putin trata de encontrar la nueva idea nacional en la sociedad rusa, que evidentemente busca una identidad que se distinga de Occidente. Según el presidente ruso, la historia ha demostrado la imposibilidad de imponer una idea nacional desde arriba, y copiar mecánicamente las experiencias de otros países no fue efectivo tampoco. El presidente añadió que la resistencia a los préstamos de ideas y a los intentos de civilizar a Rusia desde el extranjero podrían explicarse por el impulso inherente de los ciudadanos a abrazar la independencia y la soberanía.
La mayoría de los rusos apoyan una ‘revolución conservadora’ como vía para aislarse de Occidente sin abandonar a Europa.
Al hablar de una posible base para la nueva idea nacional, Putin dijo que el actual Gobierno ruso ha decidido basarse en los valores cristianos y la moral tradicional, entendiendo que sin estos ideales vigentes por milenios, la gente “inevitablemente perdería su dignidad humana”.
Nezavisimaya gazeta
Rusia reforzará la defensa antiaérea de Irán con los sistemas más avanzados
Moscú y Teherán acordaron resolver positivamente el conflicto creado por no haber cumplido Rusia con la entrega a Irán de los sistemas rusos de defensa antiaérea, escribe hoy el periódico Nezavisimaya gazeta.
Teherán renunciará en los próximos días a su demanda contra la exportadora estatal de armas rusa Rosoboronexport por haber incumplido el contrato de 2007 para el suministro de sistemas antiaéreos S-300 a Irán. Por su parte, Moscú reanuda las negociaciones sobre el cumplimiento del contrato de suministro de los S-300. Así lo comunicaron fuentes diplomáticas y militares rusas.
La embajada de Irán en Moscú no confirmó ni desmintió esta información, aunque varios medios de comunicación citaron las palabras de la portavoz del Ministerio iraní de Asuntos Exteriores, Marzie Afjam, que había anunciado el sábado pasado que continuarían las conversaciones entre las autoridades y los expertos de Rusia e Irán hasta la consecución de un acuerdo, con énfasis en que Rusia cumpla, en concordancia con las buenas relaciones entre Moscú-Teherán, sus compromisos internacionales.
A finales de 2007, Moscú firmó con Teherán un contrato de 800 millones de dólares para el suministro de sistemas antiaéreos S-300. En 2010 el entonces presidente ruso, Dmitri Medvédev, canceló la transacción en cumplimiento de las sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU impuestas a Irán. Rusia devolvió a Teherán 167 millones de dólares en concepto de la anulación del contrato anunciado.
Teherán respondió con una demanda judicial que podría costarle a Moscú hasta 4.200 millones de dólares. Es difícil explicar las causas de la decisión de Dmitri Medvédev de renunciar al suministro de los sistemas S-300 a Irán, ya que no son armas ofensivas: están destinados a defender el espacio aéreo de un país de hipotéticos ataques aéreos de un posible enemigo.
Varios expertos opinan que Moscú tomó esta decisión bajo la presión de EEUU, que en vista de la suscripción de un nuevo Tratado de Reducción de Armas Ofensivas Estratégicas (START) exigió a Rusia cancelar el contrato de suministro de sistemas de defensa antiaérea con Teherán. Después, Moscú vendió a Azerbaiyán los S-300 destinados a Irán.
Pero los tiempos cambian. La información sobre la reanudación de las negociaciones entre Rusia e Irán sobre el suministro de los S-300 se menciona últimamente de manera regular en los medios de comunicación.
En los últimos meses se barajaron posibles sustitutos del sistema S-300 que permitan evadir el pago de compensaciones a Teherán. En septiembre el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ordenó estudiar la posibilidad de suministrar a Irán cinco baterías de los sistemas antiaéreos más avanzados: S-300VM Antey-2500.
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