Cuatro personas murieron después de que los rebeldes derribaron hoy un helicóptero del Ejército iraquí en la provincia de Salahudin, al norte de Bagdad, informaron fuentes castrenses citadas por medios.
Según la agencia France Presse, en el aparato, que participaba en una operación antiterrorista, se encontraban dos pilotos y dos militares.
Últimamente, el nivel de violencia en Irak alcanzó los niveles registrados en 2008. Sólo en septiembre pasado más de 1.000 personas perdieron la vida a raíz de los atentados perpetrados en el país, según la ONU.
El país árabe vive en los últimos meses una escalada de violencia sectaria originada por el conflicto entre sunitas y chiítas. En los tiempos de Sadam Husein los sunitas dominaron el Gobierno iraquí, pero tras la invasión de EEUU y la caída del régimen anterior, los chiítas pasaron a controlar varios cargos clave, incluido el de primer ministro.
La tensión entre la cúpula chiíta y la minoría sunita roza su máximo nivel desde la retirada de las tropas estadounidenses en diciembre de 2011, y el conflicto en Siria también mina el frágil equilibrio entre las comunidades musulmanas en Irak.
