Un tribunal administrativo de Egipto ordenó el cierre de la sucursal de la cadena televisiva Al Jazeera, con sede en Catar, informaron medios nacionales.
Los jueces también cerraron tres televisiones egipcias –Al Yarmuk, Al Quds y Ahrar 25– que criticaron la actitud de las fuerzas del orden que disiparon las manifestaciones de los seguidores del presidente depuesto Mohamed Mursi.
Los ministerios egipcios de Inversiones y de Tecnologías, Comunicaciones e Información –el último otorga licencias a los medios– prohibieron la semana pasada la actividad de la sucursal de Al Jazeera proclamándola ilegal y poco profesional y acusándola de carecer de “permisos necesarios”. Previamente, el Consejo de Ministros declaró que Al Jazeera amenaza la seguridad nacional.
Las nuevas autoridades de Egipto que llegaron al poder después de la destitución de Mursi consideran que la catarí Al Jazeera es parcial a la hora de cubrir los acontecimientos en el país. En los últimos dos meses los servicios secretos egipcios organizaron redadas contra la cadena y detuvieron a varios periodistas suyos. El mismo domingo tres colaboradores fueron deportados del país árabe.
Desde los tiempos del presidente Hosni Mubarak, Al Jazeera prestó asistencia informativa a los islamistas egipcios, en particular, a los Hermanos Musulmanes.
