En la jornada principal del Foro Económico Internacional que arrancó el pasado 21 de junio en la ciudad de San Petersburgo el presidente ruso Vladimir Putin presentó su programa para reavivar la economía nacional.
Se hizo evidente que los partidarios de la idea de que “basta ya de alimentar a Occidente” han ganado. Asimismo, se hizo obvio que las sugerencias de estimular el crecimiento económico a través de una nueva emisión de dinero carecen de sentido por ahora. En líneas generales, la esencia de las propuestas de Putin consiste en utilizar los recursos internos: por un lado, aprovechando los medios acumulados por el Estado y, por el otro, optimizando los procesos. Aquí están los detalles.
Trazar carreteras
¿Cómo acelerar los procesos económicos estancados? Por supuesto, inyectando combustible: dinero. ¿Dónde encontrarlo cuando las inversiones y los precios del petróleo están cayendo?
Últimamente, hubo muchas discusiones en torno a la propuesta del bloque económico del Gobierno, apoyado activamente por los bancos, que insistía en una considerable reducción de los tipos de interés del Banco Central bajo las cuales éste concedía créditos a los bancos.
De esta manera, según los economistas, el dinero emitido adicionalmente será encauzado a través de las instituciones de crédito. Este método fue empleado por varios países, incluidos EEUU y la Unión Europea (UE). Pero en Rusia este proceso está relacionado con riesgos adicionales, y el principal es la inflación.
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El primer día del foro económico los oponentes de los bloques económico y monetario (y cabe notar que los financieros se pronuncian en contra de la reducción de las tasas) propusieron intercambiar ideas al respecto. Pero, como mostró el discurso del presidente, la discusión ya ha perdido su relevancia. Por lo menos, para un futuro próximo. El dinero para el desarrollo será concedido por el Fondo de Bienestar Nacional (FBN), en el cual, según los datos del pasado 1 de junio, se encuentran acumulados casi 2,8 billones de rublos.
La posibilidad de aprovechar los recursos del FBN se discute desde hace tiempo. Pero si antes se habló de 100.000 o 200.000 millones de rublos, el viernes pasado Putin dio a conocer cifras exactas.
Para tres proyectos de infraestructura serán destinados 450.000 millones de rublos. Los proyectos ya están escogidos: se trata de la línea ferroviaria Moscú-Kazán; también la circunvalación central que va a ser trazada desde cero por el territorio de la región de Moscú y por las regiones de la Nueva Moscú; y por último el ferrocarril Transiberiano, que necesita modernización.
Es cierto que hasta 450.000 millones no son suficientes para realizar estos planes, pero las inversiones estatales no son nada más que un capital para arrancar, subrayó el presidente ruso. Y al mismo tiempo no servirán para nada si las iniciativas de las autoridades no son seguidas de inversiones por parte de la iniciativa privada.
Esta idea puede ser calificada como un llamamiento al desarrollo de la colaboración público-privada, una forma que aun no se asimiló en Rusia, salvo el ejemplo de la construcción de la autopista Moscú-San Petersburgo. Ya veremos si este experimento tiene éxito.
“Si no sabes cómo salir de la crisis, construye carreteras” es una fórmula conocida desde hace tiempo ya. Fue aprovechada, y con éxito, por el presidente de EEUU Franklin D. Roosevelt, que tuvo que sacar el país de la 'gran depresión'.
De esta manera el Estado resuelve varios problemas al mismo tiempo: crea la infraestructura necesaria y aumenta empleos, siendo ésta última la tarea prioritaria.
A propósito, en Rusia ahora existe un nivel de desempleo más bajo que en la mayoría de los países desarrollados y en vías de desarrollo. Algunos sospechan que para la construcción de carreteras van a contratar a ciudadanos de otros Estados. En todo caso, el presidente ha aclarado algunas cosas: en vez de invertir los medios acumulados por el Estado en bienes extranjeros, hay que invertirlos en hacer kilómetros de carreteras rusas.
Precisamente en esto insistieron a partir de la aparición del Fondo de Estabilización de la Federación de Rusia los nuevos economistas, que intentaron convencer a las autoridades de que ya es hora de dejar de “alimentar a Occidente”. Como prometió Putin el viernes pasado, alrededor de la mitad del Fondo para el Bienestar -es decir 1,4 billones de rublos- será invertido en proyectos de infraestructuras.
Pero, según Putin, el FBN no será el único donante de la economía. En futuro próximo, según el presidente ruso, será creado el sistema de garantía de fondos de jubilación a través de la Agencia para la Garantía de Depósitos, lo que permitirá acabar con las limitaciones a la inversión de estos fondos en proyectos a largo plazo.
Pero, como ya se ha dicho, las inversiones por parte del Estado sólo no serán suficientes. Las inversiones de larga duración suelen realizarse en países con una situación económica predecible y estable. En Rusia hasta ahora la inflación, por poner un ejemplo, es bastante alta e impredecible. Y Putin cree que ésta es la seña más importante de la estabilidad económica del país.
Los apetitos de los monopolios serán moderados
Para dominar la inflación, según el presidente, las autoridades adoptarán una medida importante, limitando los apetitos de los monopolios de recursos naturales. Putin admitió que la inflación se ve afectada considerablemente por factores no monetarios, como es la subida de las tarifas por los monopolios. Los intentos de moderar sus apetitos empezaron ya desde hace mucho, pero hasta hoy día han sido totalmente ineficientes.
Sin embargo, ahora se trata de un mecanismo regulador bastante estricto. Empezando desde 2014 y durante los siguientes cinco años el aumento de las tarifas reguladas de los monopolios de recursos naturales se verá limitado por el nivel de inflación en el período anterior. Es decir, si los precios en 2013 suben, por ejemplo, un 7%, los monopolios no podrán subir sus precios más que en un 7%.
Tal vez me equivoco, pero creo que en el país hay suficientes mecanismos y organismos para su llevarlo a cabo, desde el Servicio Federal Antimonopolio, que puede controlar el aumento del precio de servicio en toda una cadena de mediadores, hasta las fuerzas de seguridad: se trata de usar lo que se tiene. La población también podrá participar en el control sobre los monopolios. Para tomar en consideración la opinión pública, Putin propuso crear consejos de consumidores adjuntos al servicio de tarifas, de los monopolios y en los comités de energía regionales.
Para compensar la pérdida del superávit de los monopolios el presidente aconseja reducir los gastos. Los gigantes del mercado tienen un amplio potencial en ese sentido.
Una amnistía para empresarios
Entre otras condiciones necesarias para captar inversiones, Putin mencionó el clima empresarial, que requiere una mejora. El presidente aprovechó la plataforma del foro económico para hacer una declaración de calado: apoyar el proyecto de amnistía para los delitos económicos después de su perfeccionamiento por el mundo de los negocios y los por diputados.
En una reunión con los círculos empresariales, realizada hace un mes, Putin dijo que se trataba de un proyecto mal trabajado e indicó que requería unas correcciones. No aclaró de qué correcciones se trataba. Probablemente necesitaba un mes para hacer la sonada declaración en el foro económico ante gentes del mundo de los negocios y funcionarios extranjeros.
No se trata de una amnistía universal: no abarcará a los falsificadores, los saqueadores, los agentes del mercado inmobiliario negro, etc. Incluirá unos 30 tipos de delitos, dijo en el foro el ‘ombudsman’ del sector de empresarial Boris Titov.
Además la amnistía se aplicará exclusivamente a los condenados por primera vez que hayan indemnizado o se comprometan a indemnizar los daños y las pérdidas causados a sus víctimas. Titov cree que se trata de unos 10.000 empresarios. La cantidad total de los encarcelados por delitos de este tipo es de 13.600 personas.
Queda claro que la amnistía no contribuirá considerablemente a la mejora del clima de negocios, ya que Rusia asusta a los inversores extranjeros sobre todo por la corrupción y la imprevisibilidad del rumbo político. Eso mismo impide la actividad empresarial por parte de los ciudadanos del país. Sin embargo, el apoyo de la amnistía por las autoridades es una señal de que están dispuestas a buscar un consenso.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
