Empresario ruso promete la inmortalidad

© RIA Novosti . Sergey Venyavsky / Acceder al contenido multimediaUn empresario ruso promete la inmortalidad
Un empresario ruso promete la inmortalidad - Sputnik Mundo
Síguenos en
El empresario ruso Dmitri Itskov ha presentado en el Lincoln Centre de Nueva York su programa para la prolongación de la vida del cerebro humano. Se trata en realidad del primer paso de un programa más amplio para la creación para el año 2045 de seres inmortales.

El empresario ruso Dmitri Itskov ha presentado en el Lincoln Centre de Nueva York su programa para la prolongación de la vida del cerebro humano. Se trata en realidad del primer paso de un programa más amplio para la creación para el año 2045 de seres inmortales.

Hace ya dos años que existe en Rusia un movimiento social llamado 'Rusia 2045', que aspira a solucionar el problema de la inmortalidad para esa fecha. Sin embargo, hay que decir que el movimiento no ha logrado una gran repercusión en su patria; y tampoco se puede decir que en Nueva York causaran una gran sensación.

Pero ésa es en realidad la cuestión de fondo: ¿la gente no se cree esta posibilidad de convertirse en una especie de cíborgs? ¿O es que es totalmente imposible para un ser humano llegar a ser inmortal?

Nos tientan con la inmortalidad

El plan de transformación de los seres humanos en un “ente no-biológico más perfecto, susceptible de prolongar su periplo vital hasta alcanzar la inmortalidad” en 2045 pertenece al movimiento social 'Rusia 2045', fundado por el empresario ruso Dmitri Itskov, que es además director general de la empresa de servicios de internet Newmedia Stars.

El consejo científico del movimiento, que ha sido el que ha desarrollado los detalles del plan, está compuesto por 23 personas. Si excluimos al propio Itskov, economista de formación, los perfiles de los 22 miembros restantes del consejo son los siguientes: 12 filósofos (uno de ellos ha sido astronauta en el pasado), tres psicólogos, tres físicos, dos ingenieros y dos biólogos.

No es extraño que una composición semejante haya producido un plan más filosófico que técnico.

Esperar la inmortalidad

La completa sustitución del cuerpo humano natural y su cerebro (con todas sus imperfecciones y su tendencia al deterioro hasta su total destrucción) está prevista para el año 2045.

En una primera etapa (2015-2020) está prevista la creación de una copia artificial del cuerpo humano (el “avatar A” en la terminología del movimiento). Con la ayuda de una neurointerfaz, la persona copiada podrá controlar la copia simplemente con los pensamientos de su viejo cuerpo corruptible.

En una segunda etapa (2020-2025), al final de la vida de ese ser humano, se trasplantará su cerebro a un cuerpo artificial, cuyas constantes vitales se mantendrán artificialmente. Este ser llevará el nombre de “avatar B”.

En una tercera etapa (2025-2030) en el cuerpo artificial se trasplantará el cerebro junto con su conciencia (avatar C). No está muy claro qué significa esto, pero parece que, en el anterior avatar (el B), el cerebro se trasplanta simplemente como un órgano vital, como un hígado o un corazón, pero conservar su memoria en ese momento no se considera tan importante.

En la cuarta y última etapa (2030-2045), el cerebro con su conciencia se trasplantará en el cuerpo-programa, que será el “avatar D”, conocido como 'hombre eterno'.

No hay descripción sobre cuál debería ser el destino de los imperfectos avatares B y C. Nos gustaría pensar que, por un sentido de compasión, no serán abandonados en su forma inicial y que se intentará modificarlos hasta alcanzar la fase D.

Financiando el proyecto de la inmortalidad

De momento, esta cuestión permanece abierta. Según los medios de comunicación, Dmitri Itskov habría invertido ya en este proyecto tres millones de dólares de su propio bolsillo.

En julio del año pasado, el empresario ruso hizo un llamamiento a los integrantes de la lista de la revista Forbes para que invirtieran dinero en la “nueva industria de la inmortalidad”. “Estaría dispuesto a coordinar, sin cobrar nada a cambio, su proyecto personal de inmortalidad; sólo para que el mundo pudiera ver hechas realidad estas tecnologías”, prometía a los potenciales inversores. Si el llamamiento ha dado algún tipo de resultado, desde luego no se ha hecho público.

Un llamamiento similar pidiendo aportaciones dinerarias, pero esta vez dirigido a los ciudadanos de a pie, puede encontrarse en la página web del movimiento 'Rusia 2045' y también contiene la promesa de elaborar un “plan individual”, en caso de que lo quiera así el donante de fondos.

Según las palabras de Dmitri Itskov, la posibilidad de un apoyo económico al proyecto de inmortalidad por parte de las autoridades todavía no se ha contemplado. Pero no se pierde la esperanza de que Rusia sea uno de los primeros en lanzar un megaproyecto AVATAR, del mismo modo que Obama lanzó en su momento el Programa BRAIN Initiative que consiste en la composición durante diez años de un mapa de todas las neuronas del cerebro humano con unos costes de 300 millones de dólares al año.

¿Es posible crear una copia inmortal?

Desde el punto de vista teórico no parece haber nada que lo impida. Sería suficiente con hacer una copia exacta del cuerpo humano con un sistema de mantenimiento de las constantes vitales del cerebro. Es una idea, de hecho, que ya se ha intentado poner en práctica en el pasado.

Por ejemplo, el profesor Serguei Briujonenko en los años 20 y 30 del siglo XX creó un sistema de circulación artificial de la sangre que incorporaba los pulmones y el corazón de un ser vivo. Toda esta construcción se culminaba con la cabeza de un perro que abría la boca en un mudo ladrido y que produjo tal impresión en el escritor soviético de ciencia-ficción Alexandr Beliáiev que dio motivo a su relato 'La cabeza del profesor Dowell', escrito en 1935.

Con anterioridad, los éxitos de ciertos cirujanos habían producido una impresión semejante en Herbert Wells y quedaron reflejados en su novela fantástica 'La isla del doctor Moreau'. En él se describe cómo el doctor Moreau lograba formar, con las partes del cuerpo de organismos menos desarrollados y como si fuera un juego de Lego, seres más perfectos desde su punto de vista. Antes incluso que Wells, su compatriota Mary Shelley describió la creación de un superhombre hecho con las partes del cuerpo de distintos cadáveres por parte del estudiante Victor Frankenstein.

En aquel entonces se desconocía la existencia de antígenos, anticuerpos y la incompatibilidad de tejidos y, por ello, parecía que, desde el punto de vista teórico, no había obstáculos para la creación de un ser inmortal por medio de la sustitución de los órganos viejos por otros nuevos.

Hoy en día, gracias a las nuevas posibilidades tecnológicas, también parece que no habría ningún obstáculo. Es una historia que se ha repetido muchas veces: una idea que parece irrealizable en una determinada etapa del desarrollo tecnológico, se alcanza luego utilizando un método completamente distinto al que parecía más lógico en el pasado. Precisamente por eso los aviones no utilizan ahora para volar motores de vapor, sino motores de combustión interna o motores a reacción.

Con el actual desarrollo de la tecnología es posible que se pueda recrear con materiales sintéticos el cuerpo humano para 2045. Sin embargo, por este camino difícilmente se logrará dotar a los órganos del cuerpo humano de sus sentidos (vista, oído, gusto, olfato, tacto); eso por no hablar de otras formas más complejas de comunicarse con el medio y que dan como resultado sensaciones como la alegría, el dolor, etc.

Pensemos por ejemplo en un ser humano sin sistema inmunológico, que no se pondría nunca enfermo, no sufriría con las distintas enfermedades, no se curaría y tampoco experimentaría la alegría de la curación. El hombre sintético de Dmitri Itskov no necesita un sistema inmunológico por la sencilla razón de que el plástico no se pone enfermo. Y precisamente por eso otra vez resultará algo parecido a la cabeza del profesor Dowell (en el mejor de los casos) u otro monstruo de Frankenstein (en el peor).

En cualquier caso, estaremos ante la copia de un ser humano y no ante un ser humano. Un ser más perfecto, más tecnológico de lo que podría salir del escalpelo de Frankenstein, pero una copia al fin y al cabo.

¿Necesita Rusia la inmortalidad?

En los medios de comunicación estadounidenses el proyecto de creación de este nuevo cíborg aparece ligado a la persona de Dmitri Itskov al que se califica de “oligarca ruso” y “multimillonario ruso”. El nombre del movimiento Rusia 2045 simplemente no aparece por ningún lado. De modo que si la conferencia neoyorquina del movimiento de Itskov tenía como objetivo no sólo encontrar potenciales inversores, sino también promocionar a Rusia como una potencia tecnológica, hay que decir que este segundo objetivo tampoco se ha cumplido. De lo cual seguramente hay que alegrarse.

Rusia ya es líder mundial en los campos de la programación, la química orgánica y la fisiología del sistema nervioso. Es una cosa que casi nadie sabe dentro de las fronteras de Rusia, pero es así y podemos estar orgullosos de ello.

En el campo de la ingeniería social, sin embargo, nuestro país perdió cualquier tipo de autoridad en 1991, en el preciso momento en el que se vino abajo su más grandioso proyecto utópico: la Unión Soviética. Sinceramente, no creo que merezca la pena rescatar la reputación de los “soñadores del Kremlin”. Y mucho menos con este tipo de extraños proyectos que prometen la inmortalidad.

LA OPINION DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

Lo último
0
Para participar en la conversación,
inicie sesión o regístrese.
loader
Chats
Заголовок открываемого материала