Una asociación de creyentes rusos libró una batalla contra la tienda esotérica “La Bruja Feliz”, situada en pleno centro de Moscú, al no aprobar su privilegiada localización.
La Unión de las Hermandades Ortodoxas de la Iglesia Rusa envió una carta al presidente de Rusia, Vladímir Putin, y el alcalde de Moscú, Serguéi Sobiánin, para exigir el cierre del local.
“Hace poco me dirigí al alcalde de Moscú y el presidente de Rusia con sendas peticiones, más bien exigencias, de cerrar el local de “magia práctica” la “Bruja Feliz” porque creo que semejante establecimiento no debe estar en el centro de Moscú, cerca de la Alcaldía y el Kremlin”, aclaró Yuri Agischev, el coordinador de la Unión.
El activista cree que los dueños de “La Bruja Feliz” deben trasladar su negocio fuera de Rusia o, como mínimo, abandonar los alrededores del Kremlin.
“Que hagan propaganda de sus puntos de vista en cualquier otro lugar que no sea Rusia o, al menos, que se alejen de las murallas del Kremlin”, afirmó.
La petición del religioso no pasó desapercibida por las autoridades de Moscú y la prefectura del centro, donde se encuentra la tienda en cuestión, propuso al dueño del negocio cambiar el nombre del local para zanjar la polémica.
La tienda “Bruja Feliz”, ubicada en la calle Maroseika, comercia con artículos esotéricos (souvenirs, literatura de autoayuda, adornos y objetos para la decoración de interiores).
