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Una Pussy Riot ingresa en hospital penitenciario

© RIA Novosti . Pavel Lisitsyn / Acceder al contenido multimediaMaria Aliójina
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Maria Aliójina, una de las dos integrantes encarceladas del grupo Pussy Riot, ingresó hoy en el hospital de su centro penitenciario para una revisión médica, comunicó en Twitter Piotr Verzílov, marido de la segunda activista recluida, Nadezhda Tolokónnikova.

Maria Aliójina, una de las dos integrantes encarceladas del grupo Pussy Riot, ingresó hoy en el hospital de su centro penitenciario para una revisión médica, comunicó en Twitter Piotr Verzílov, marido de la segunda activista recluida, Nadezhda Tolokónnikova.

La hospitalización se produjo en el séptimo día de la huelga de hambre que Aliójina inició después de que un tribunal le denegara el derecho de asistir en persona a la vista de su petición de libertad condicional. Finalmente, la solicitud fue rechazada.

En una carta publicada ayer en la web de la emisora Ejo Moskvi, Aliójina declaró que continuará en huelga por creer que “es la única manera de conseguir que la administración (de la cárcel) acceda a negociaciones”.

En otra carta, dirigida a la administración de la cárcel y al Servicio Federal Penitenciario y también divulgada por Ejo Moskvi, Aliójina denunció presión e intentos de incitar a otras reclusas en su contra.

Afirmó que la mantienen bajo constante vigilancia y le tienen prohibido del todo, sin dar motivos algunos, realizar llamadas telefónicas.

“La administración ignora mi huelga. La fiscalía y los defensores de derechos regionales guardan silencio”, escribe Aliójina en su carta.

En febrero de 2012, Nadezhda Tolokónnikova, Ekaterina Samutsévich y María Aliójina en compañía de otras dos integrantes del grupo Pussy Riot irrumpieron encapuchadas en la catedral de Cristo Salvador en Moscú e interpretaron una “oración punk” que, entre otras cosas, decía “Madre de Dios, echa a Putin”.

La actuación fue grabada en un vídeo que se publicó en Internet provocando la indignación de numerosos creyentes ortodoxos. En agosto, las tres jóvenes fueron declaradas culpables de gamberrismo por motivos de odio religioso y condenadas a dos años de cárcel.  En octubre, a Samutsévich se le conmutó la pena de dos años de reclusión por una condicional.

La condena desató una fuerte polémica en la sociedad rusa y provocó críticas por parte de Occidente. Las Pussy Riot recibieron numerosas muestras de apoyo de políticos y estrellas del mundo del espectáculo internacional, como Paul McCartney, Sting y Madonna.

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