El abril pasado fue el mes más mortífero de los últimos cuatro años en Irak, país en el que la ola de violencia causó más de 700 muertos, informó la misión de las Naciones Unidas en Irak a través de un comunicado.
“En abril 712 personas murieron y 1.633 resultaron heridas a través del país a raíz de los atentados terroristas y la violencia. La más castigada fue la provincia de Bagdad con 211 muertos y 486 heridos”, indica el documento.
Protestas masivas y enfrentamientos con el Ejército y la policía comenzaron en todo el país después de que el 23 de abril la policía intentara apaciguar una manifestación sunita cerca de Kirkuk, parte central del país, contra la política del actual Gabinete, a raíz de lo cual murieron más de 50 personas.
Irak vive últimamente una escalada de violencia sectaria originada por el conflicto entre sunitas y chiítas. En los tiempos de Sadam Husein fueron los sunitas quienes dominaron el Gobierno iraquí, pero tras la invasión de EEUU y la caída del régimen anterior, los chiítas pasaron a controlar varios cargos clave, incluido el de primer ministro.
