El presidente de Rusia, Vladímir Putin, reconoció hoy que recibió dos cartas del fallecido magnate Boris Berzovski y que la segunda de estas misivas llegó después de la muerte del oligarca, un feroz crítico del Kremlin y su inquilino.
“No quisiera hablar del tema, pero tampoco sería correcto esquivarlo. Su primera carta la recibí a principios de este año, allá por febrero, creo recordar. La segunda, hace muy poco, ya después de su muerte. El texto es el mismo. Así que sí hubo cartas”, indicó Putin durante la tradicional sesión de preguntas y respuestas.
El líder ruso explicó que no contestó las misivas, una de las cuales fue trasladada a Putin con un empresario ruso socio de Berezovski y la otro se hizo llegar a través de un ciudadano extranjero. Una de las cartas estaba escrita a mano, mientras que la otra contenía también fragmentos escritos a máquina. Según el presidente, en sus escritos el magnate exiliado admitía haber “cometido numerosos errores”, se disculpaba y pedía permiso para regresar a Rusia.
“Lo que ocurre es que me pedía darle la posibilidad de regresar a Rusia. Por supuesto que el jefe de Estado puede conceder el indulto o realizar otras gestiones, pero para ello se tenía que llevar a cabo un análisis jurídico, una consulta con el Supremo, sin hablar ya del plano moral del asunto”, aclaró.
El mandatario señaló que aunque se le pidió revelar los detalles de las cartas de Berezovski, decidió no hacerlo por el carácter personal de las misivas.
“Las cartas tenían un carácter bastante personal, aunque jamás había tenido una relación estrecha con él. Nos conocíamos, por supuesto, pero no había relación estrecha. Y pese a ello, me pedía cosas. Hubo en mi entorno quien pidió publicarla (carta) de inmediato. Le estoy muy agradecido al Señor de que me preservó de hacerlo”, aseveró.
Al mismo tiempo, el presidente ruso aseguró que no se opondría a que Berezovski fuera enterrado en Rusia, aunque subrayó que debe ser una decisión de la familia.
A la pregunta sobre presunta implicación de los servicios secretos de un tercer país en la muerte del oligarca, Putin negó tener información al respecto, aunque admitió esta posibilidad. “No lo sé, todo es posible. Capaces serían. Pero no tenemos este tipo de información”, recalcó.
El cuerpo sin vida del multimillonario Boris Berezovski, de 67 años, fue encontrado el pasado 23 de marzo en su mansión de Ascot, a las afueras de Londres. Aunque los resultados de la autopsia apuntaron al ahorcamiento como causa de la muerte y no se hallaron indicios de la violencia, la investigación continúa.
Muy próximo al Kremlin durante la era de Boris Yeltsin, Berezovski cayó en desgracia tras el ascenso de Putin a la presidencia rusa. En 2000, imputado en varias causas penales, optó por abandonar Rusia y se instaló en Reino Unido, convirtiéndose en uno de los críticos más feroces de Putin. Desde entonces, la Justicia rusa exigía de Londres la extradición del magnate prófugo, contra el cual ya se dictaron dos fallos en rebeldía, de 13 y 6 años, por delitos de estafa, robo y blanqueo de dinero. En 2003, un tribunal británico declinó la solicitud de extradición contra Berezovski, quien ese mismo año obtuvo asilo político en Reino Unido.
