Expertos del Establecimiento de Armamento Atómico (AWE, por sus siglas en inglés) de la ciudad británica de Aldermaston realizarán un nuevo análisis al cadáver del magnate exiliado ruso Boris Berezovski para descartar su contaminación radiactiva, informó hoy el diario británico The Times.
El cuerpo sin vida de Berezovski, de 67 años, fue encontrado por el guardaespaldas en la mañana del sábado en su mansión de Ascot, en las afueras de Londres. La Policía británica abrió una investigación para esclarecer las circunstancias de la muerte, las cuales calificó de “poco claras”. Entretanto, distintas fuentes apuntaron a que pudo haber sufrido un ataque cardíaco o haberse suicidado, ya que en los últimos meses padecía de depresión, al parecer a causa de sus problemas financieros.
La casa del oligarca y sus inmediaciones fueron examinadas la víspera por policías científicos expertos en materia nuclear, radiología, biología y química, que, según la prensa británica, no encontraron ningún resto de sustancias sospechosas y aseguraron que por los tanto no existe ningún riesgo para la población local.
El Establecimiento de Armamento Atómico está situado en el mismo condado de Berkshire en el que se encuentra la mansión de Berezovski. Fue precisamente un equipo de expertos de AWE el que determinó que el exagente ruso Alexandr Litvinenko, también exiliado en Londres y amigo de Berezovski, fue envenenado con polonio.
Entretanto, en el entorno del multimillonario fallecido surgen nuevas hipótesis sobre su muerte. Así, un amigo suyo, el empresario Nikolái Glushkov, indicó en declaraciones a The Guardian que Berezovski pudo haber sido estrangulado, ya que, según su ex esposa que pudo visitar el lugar de los hechos, junto al cadáver del magnate se encontró una bufanda. “Boris fue estrangulado. No creo que haya sido un suicidio”, dijo Glushkov.
La versión del suicidio tampoco resultó convincente para la viuda de Alexandr Litvinenko, Marina. En una entrevista con The Telegraph, la señora Litvinenko afirmó que poco antes de morir Berezovski había comenzado a superar la depresión y su estado emocional mejoró. “En mi opinión, es poco probable que se haya quitado la vida… La última vez que hablé con él, me pareció que se había recuperado un poco y que debía de estar mejor. Empezó a mostrar más interés y me preguntó por mi hijo”, relató.
Muy próximo al Kremlin durante la era de Boris Yeltsin, Berezovski cayó en desgracia tras el ascenso de Putin a la presidencia rusa. En 2000, imputado en varias causas penales, optó por abandonar Rusia y se instaló en Reino Unido, convirtiéndose en uno de los críticos más feroces de Putin. Desde entonces, la Justicia rusa exigía de Londres la extradición del magnate prófugo, contra el cual ya se dictaron dos fallos en rebeldía, de 13 y 6 años, por delitos de estafa, robo y blanqueo de dinero. En 2003, un tribunal británico declinó la solicitud de extradición contra Berezovski, quien ese mismo año obtuvo asilo político en Reino Unido.
