El presidente ruso Vladímir Putin propuso hoy emplazar en un museo judío de Moscú la disputada “Biblioteca Schneerson”, antigua colección de libros jasidíes reivindicada por la organización estadounidense Jabad Lubavitch, y expresó su rechazo a la restitución del patrimonio cultural confiscado por los bolcheviques.
“Estoy dispuesto a formular el encargo correspondiente al Gobierno y al Ministerio de Cultura”, dijo Putin al visitar este martes el Museo Judío y Centro de Tolerancia que funciona en Moscú desde noviembre de 2012 y es uno de los mayores de este tipo en el mundo.
Devolver ahora los bienes culturales que el Estado soviético nacionalizó a raíz de la revolución bolchevique de 1917 sería, a juicio del presidente, “abrir la caja de Pandora”.
“A lo mejor, podremos hacerlo un día pero hoy, a mi modo de ver, no estamos preparados en absoluto. Es imposible”, dijo.
En enero pasado, un tribunal de EEUU impuso al Gobierno ruso una multa de 50.000 dólares diarios hasta que traspase a Jabad Lubavitch la disputada “Biblioteca Schneerson”, unos 12.000 libros y 50.000 documentos antiguos pertenecientes hoy al Fondo de Bibliotecas de Rusia.
La colección, que incluye manuscritos de 1772, fue recopilada a principios del siglo XX por el rabí Iosef Itzjak Schneerson, líder espiritual de la comunidad jasídica de Lubavitch, en el territorio de la actual Bielorrusia. Para los jasidíes, es un santuario.
