Los países del Grupo de los Siete prometieron abstenerse de utilizar la política fiscal y monetaria para ejercer influencia sobre los tipos de cambio de monedas nacionales, según se desprende del comunicado del G-7 publicado este martes en la Web del Banco de Inglaterra.
“Nosotros, los Ministros y Gobernadores del G-7, reafirmamos nuestro compromiso de larga data con los tipos de cambio determinados por el mercado y con las consultas estrechas con respecto a las acciones en los mercados cambiarios”, declararon las siete mayores potencias industriales del mundo (EEUU, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y Canadá).
Reafirmaron que sus políticas fiscales y monetarias seguirán siendo orientadas hacia el cumplimiento de sus respectivos objetivos económicos, usando instrumentos domésticos, y sin apuntar a tipos de cambio.
"Acordamos que la volatilidad excesiva y los movimientos desordenados de los tipos de cambio pueden tener implicaciones adversas para la estabilidad económica y financiera. Continuaremos consultando en forma estrecha sobre los mercados de cambios y cooperaremos según sea apropiado", indica el documento.
El comunicado apareció en medio de las renovadas discusiones en torno a las “guerras de divisas”, sobre todo en relación con la postura del nuevo Ejecutivo de Japón que insistía en relajar la política monetaria lo que provocó un abrupto debilitamiento del yen.
Según Reuters, Tokio no enfrentará sin embargo duras críticas durante la próxima reunión del G-20 en Moscú, a celebrarse los días 14 y 15 de febrero, dado que EEUU apoya los esfuerzos de Japón dirigidos a activar el crecimiento económico y poner fin a la deflación, como indicó anteriormente Lael Brainard, subsecretaria del Tesoro de EEUU, quien representará a su país en la próxima cita en la capital rusa.
