El mayor cuerpo de Policía del Reino Unido, la Policía Metropolitana de Londres, robó las identidades de decenas de niños muertos y las utilizó durante más de tres décadas para sus agentes encubiertos, informó hoy el diario The Guardian.
Una investigación llevada a cabo por el rotativo reveló que durante 30 años unos 80 policías se infiltraron en distintos grupos y redes criminales bajo los nombres de menores fallecidos que buscaban en los certificados de defunción. Estas identidades se empleaban para falsificar pasaportes y permisos de conducir, sin que se informara a los padres de los niños.
“Es como estar pisoteando una tumba”, expresó en declaraciones a The Guardian uno de los policías que trabajó bajo el nombre de Pete Black, un niño fallecido a los cuatro años de edad. Reconoció que siempre se había sentido culpable, pero no pudo explicar por qué la Policía seleccionó los nombres para sus agentes encubiertos de una manera tan peculiar.
En cambio, un compañero de ‘Pete Black’ defendió esta controvertida práctica argumentando que iba “dirigida al bien de la nación”, aunque dijo comprender el dolor de los padres.
Según el diario, los agentes infiltrados dejaron de utilizar identidades robadas de los certificados de defunción a mediados de los 1990, aunque algunos de ellos vivieron más de una década bajo el nombre de un niño muerto.
La Policía londinense ya anunció que su departamento encargado de cuestiones de ética profesional inició una investigación de los hechos denunciados por The Guardian.
