Las fuerzas francesas que apoyan al Ejército de Malí en la lucha contra la guerrilla islamista entraron hoy en la ciudad de Kidal, el último bastión rebelde en el norte del país africano, informó la prensa internacional.
De esta forma, las ciudades más importantes del norte están ahora bajo control del Gobierno, puesto que anteriormente los insurgentes abandonaron Gao y Timbuktu, tomadas por los soldados malienses y galos sin hacer un solo disparo.
No obstante, portavoces del Movimiento Nacional para la Liberación del Azawad citados por algunos medios afirman que Kidal sigue bajo su control y al mismo tiempo ofrecen colaboración a las fuerzas francesas, con la condición de que el Ejército maliense renuncie a entrar en la ciudad.
En Gao y Timbuktu, recuperadas anteriormente por las tropas, se están produciendo los primeros asaltos y saqueos a comercios y viviendas propiedad de colaboradores de la guerrilla. Además, estas casas también son registradas por los militares que buscan armas y municiones.
Mientras tanto, prácticamente no hay información sobre el paradero de los islamistas que ya han dejado sus bastiones. Reporteros extranjeros en la región suponen que los rebeldes se han marchado al desierto, donde se esconderán hasta “tiempos mejores”.
La situación en Malí se agravó tras el derrocamiento del régimen de Muamar Gadafi en Libia. El éxodo de las tribus tuareg que gozaban de la protección por parte del exlíder libio, provocó una guerra separatista y el surgimiento en abril pasado del Estado autoproclamado de Azawad, que ocupa dos tercios del territorio nacional.
En las últimas semanas, la guerrilla islamista lanzó un avance hacia el centro y el sur del país, lo que forzó al Gobierno a solicitar ayuda militar a Francia y decretar el estado de excepción en todo el territorio nacional.
