Emprendedores españoles se abren paso en Rusia

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El español Roger Vila Orriols aterrizó en Rusia en 2008, justo cuando la economía mundial sufrió el primer golpe de la crisis financiera que todavía daría mucho de qué hablar. Llegó directamente a Moscú, donde en breve conoció a la que sería su esposa. El amor y los negocios le hicieron echar raíces en el país. "La situación económica es muy buena y hay que aprovecharla”, cuenta.

El español Roger Vila Orriols aterrizó en Rusia en 2008, justo cuando la economía mundial sufrió el primer golpe de la crisis financiera que todavía daría mucho de qué hablar. Llegó directamente a Moscú, donde en breve conoció a la que sería su esposa. El amor y los negocios le hicieron echar raíces en el país. "La situación económica es muy buena y hay que aprovecharla”, cuenta.

¡Vamos!

Después de trabajar un tiempo en el Instituto Cervantes de Moscú, Roger se independizó. Junto con su mujer en verano de 2011 fundaron el Centro Español Vamos. La idea fue un éxito, confiesa este empresario de 36 años. La escuela supo encontrar su nicho en la amplia oferta de lenguas extranjeras en la capital rusa.

Roger optó por la infalible publicidad “boca-oído”, o como dicen en Rusia, la "radio sarafán", y las redes sociales para promocionar su Centro. Los resultados no se hicieron esperar. Y es que aparte de enseñar el español, en el centro también se puede aprender el catalán.

"Está muy solicitado. Hay gente que tiene propiedades en Barcelona y quiere aprender el idioma para integrarse", relata. 

“Kamikazes” españoles

La crisis en España “que va para largo” le hace relacionar su futuro con Rusia, al menos, a medio plazo.

“Ahora mi futuro cercano lo relaciono con Rusia, porque el español es popular aquí, a los rusos les gusta. Lo sienten como algo cercano, algo muy agradable, y cuando dices que eres español, la gente dice “hostia, ¡qué bien!”. La percepción es muy positiva”, asegura. 

Dice que ahora hay más españoles que quieren venir a Rusia. “Hay más españoles ahora que antes. Hace 4 años cuando llegué éramos poquitos y ahora somos más. Su situación de visados no la conozco, pero aquí están. Se lanzan. Vienen por un mes o dos para sondear el terreno…”.

Roger les llama “kamikazes”. 

“Los españoles que conozco muchos vienen para hacer cursos de ruso a través de las universidades. También me he encontrado a los “kamikazes” que vienen empujados por la crisis. Vienen por libre, por un mes o dos, pero luego es un problema para todos, porque no se les puede contratar, no tienen el visado correspondiente”, explica.

El sueño ruso

A pesar de ello, Roger anima a los españoles a hacer la maleta en busca de una vida mejor en Rusia. 

“Yo recomiendo salir, cuando me llaman. Ahora hay mucho trabajo para españoles, como profesores. Eso sí, qué sean calificados” subraya. 

“Quiero ser profe”, dicen muchos españoles que se dirigen al Centro Vamos en busca de un empleo fijo. 

“Yo entiendo la situación, pero gente que no son filólogos, no tienen experiencia, ni cursos” no pueden desempeñar la profesión, explica Roger, licenciado en Filología Clásica.  

Pero una vez resuelto el rompecabezas del visado y el contrato laboral, la vida en Rusia no es tan difícil como la pintan.

“Para un español es muy fácil adaptarse”, considera. Aunque si uno decide fijar su residencia en Moscú - donde hay más oportunidades para la gente joven, a diferencia de San Petersburgo, que, según Roger, es una ciudad más “familiar” – debe conocer algunos contras de la vida en la capital. 

“El problema de Moscú es el alquiler, que afecta a todo el mundo. Es que a veces quieres buscar un piso y te ofrecen una cosa que en España estaría prohibido alquilar y encima por un precio elevado”, advierte. 

Además, a Roger le cuesta asimilar el trato que le brindan las cajeras en los supermercados moscovitas. 

“Están siempre enfadadas. Y si hay un problema es como si el cliente siempre tuviera la culpa. Es una cosa a la que no me acostumbro. En otros sitios no me pasaba”, reconoce. 

Por lo demás, salvo la nostalgia por la familia y la comida de “mamá y abuela”, dice estar “plenamente adaptado”. 

Los datos oficiales hablan de una mayor llegada de los españoles a Rusia en 2010 y 2011 (a falta de conocerse los datos de 2012). Sin embargo, lo que no está claro, es cuántos españoles entraron en el país para pasar las vacaciones y cuántos, por motivos laborales. 

Por Anush Janbabyan

 

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