El máximo jerarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, patriarca Kiril, llamó hoy al Gobierno a proporcionar toda clase de apoyo a los rusos étnicos residentes en el Cáucaso del Norte al resaltar que los cosacos son una pieza clave para la paz y la seguridad en esta región.
Al intervenir este miércoles en un foro por la paz en el Cáucaso, celebrado en la ciudad de Stávropol, el patriarca lamentó “la creciente salida de eslavos de las repúblicas norcaucásicas y hasta de algunos distritos del Territorio de Stávropol”. La tendencia podría tener repercusiones negativas en los fundamentos religiosos y éticos y hasta poner en peligro el propio modo de vida en esta parte de Rusia, advirtió.
La posición geoestratégica del Cáucaso, según Kiril, no deja en paz a algunas fuerzas externas que se esfuerzan por desestabilizar las relaciones étnicas y religiosas en la región.
El líder de la mayor comunidad religiosa de Rusia pidió al Gobierno y a la sociedad una reacción urgente a esta situación, en primer término, “apoyar por todos los medios a los rusos (étnicos), asegurarles la vivienda, el empleo, el tratamiento médico y la educación pero, sobre todo, garantizar la seguridad a los civiles, para lo cual es necesario implicar no solo a la policía y a los colectivos de seguridad locales sino también a los cosacos”.
“Hoy como hace un siglo, los cosacos deben ser una pieza clave para la paz y la prosperidad de los pueblos que habitan aquí”, declaró el patriarca al intervenir en un foro por la paz en el Cáucaso, celebrado hoy en la ciudad de Stávropol.
La situación actual en el Cáucaso norte, a juicio de Kiril, “es un reto colosal a la identidad misma y la autenticidad de los cosacos”. Si consiguen organizarse y responder a este reto, entonces sí existen y merecen el más alto respeto por parte del pueblo. En particular, el patriarca sugirió a los cosacos fomentar el desarrollo de las pymes, así como diversos programas educacionales, iniciativas sociales y ecologistas.
También exhortó al Gobierno y a la sociedad a echar una mano en la educación de los jóvenes oriundos de repúblicas norcaucásicas, especialmente, en lo relativo a su conducta en otras regiones del país. “No serán de ninguna ayuda las medidas autoritarias y, menos aún, la agresión social en respuesta al comportamiento poco amistoso de los forasteros”, advirtió.
Varias asociaciones y grupos establecieron a finales de noviembre pasado el Partido Cosaco de la Federación Rusa. Su líder, el vicegobernador de la provincia de Rostov, Serguei Bóndarev, afirmó que el partido está abierto a los representantes de diversas etnias y religiones, y que planea registrar en los próximos meses delegaciones regionales para participar en las elecciones de 2013
Según el censo de 2002, en Rusia había unos 140.000 cosacos. El censo de 2010 arrojó la cifra de apenas 67.000, pero los propios cosacos desconfían de las estadísticas oficiales al señalar que no figuraron en los cuestionarios como una etnia autónoma sino como identidad subétnica entre los rusos.
