Un tribunal de Londres sentenció hoy a ocho años de cárcel al submarinista de la Armada británica Edward Devenney, quien se declaró culpable de haber recogido contraseñas y programas de codificación para entregarlos a agentes extranjeros, en particular, los supuestos espías rusos.
Antes de promulgar el veredicto, el juez leyó una carta de Devenney en la que este oficial de 30 años deplora su actuación y se arrepiente de haber colocado a sus familiares y superiores en una situación vergonzosa.
En noviembre pasado, reconoció haberse puesto en contacto con dos supuestos agentes de Rusia con el objetivo de traspasarles secretos militares, entre ellos, los concernientes al movimiento de los submarinos nucleares británicos. Los presuntos espías rusos resultaron ser agentes del servicio de seguridad británico MI-5.
Devenney cometió sus delitos entre noviembre de 2011 y marzo de 2012, mes en que fue arrestado en Plymouth. Según se supo en el proceso de la investigación, el oficial se sentía defraudado en sus expectativas de ascenso y quería hacer daño a la Armada más que vender datos clasificados.
