La primera soldadura del gasoducto South Stream que conectará a través del mar Negro los campos gasistas de Rusia con los mercados europeos fue realizada este viernes en una ceremonia simbólica a la que asistieron el presidente ruso, Vladímir Putin, así como empresarios, cargos públicos y diplomáticos de una decena de países implicados en el proyecto.
Al intervenir en la ceremonia, Putin recordó que Rusia ya inició en su territorio las obras necesarias para garantizar la capacidad proyectada del gasoducto, 63 mil millones de metros cúbicos al año. “Extenderemos la red a 2.500 kilómetros, hasta la costa del mar Negro, y construiremos estaciones de bombeo adicionales”, dijo.
Los accionistas del proyecto, evaluado en 16 mil millones de euros, son la rusa Gazprom, la italiana Eni, la francesa EdF y la alemana Wintershall. El jefe de Gazprom, Alexei Miller, afirmó hoy en una entrevista con la televisión Rossiya 24 que “la totalidad del volumen proyectado ya está distribuida” entre futuros clientes.
“La ventaja fundamental es que Rusia podrá exportar mayores cantidades de gas y eliminar los riesgos de tránsito”, subrayó.
El tramo subacuático de la tubería se extenderá a unos 900 kilómetros, desde la estación de bombeo Rússkaya en la costa rusa del mar Negro, hasta la costa búlgara; más de la mitad, unos 470 kilómetros, atravesará la zona económica exclusiva de Turquía que no participa en South Stream pero reafirmó hoy, por boca del ministro de Energía Taner Yildiz, su apoyo al proyecto.
Una vez en la costa búlgara, el gasoducto seguirá hacia el norte de Italia a través de Serbia, Hungría y Eslovenia con ramales a Croacia y República Srpska en el seno de Bosnia y Herzegovina.
South Stream tendrá cuatro líneas, la primera de las cuales se pondrá en marcha en diciembre de 2015. Hacia 2018, el gasoducto alcanzará el 100% de la capacidad programada.
