Los observadores de la Oficina para las Instituciones Democráticas y Derechos Humanos (OIDDH) de la OSCE que siguieron las presidenciales en EEUU, señalaron hoy que los comicios se desarrollaron de un modo libre y competitivo, pero al mismo tiempo indicaron unos defectos en el sistema electoral del país.
“La campaña electoral se desarrolló en espíritu entusiasta y competición sana, su resultado goza de un amplio reconocimiento público. Pero al mismo tiempo despertó una real preocupación respecto al derecho electoral, el llenado de papeletas, la transparencia en la financiación de las campañas electorales y el acceso de observadores locales a los colegios electorales”, declaró el jefe de la misión de la OIDDH, Daan Everts.
La OIDDH indicó entre otros problemas del sistema electoral de EEUU su descentralización y regulación por leyes de los Estados, la falta de restricciones en la financiación de las campañas electorales por parte de corporaciones y sindicatos.
Anteriormente, el encargado de derechos humanos del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia y copresidente del grupo ruso-estadounidense Sociedad Ciudadana, Konstantín Dolgov, declaró que Rusia se pronuncia por elaborar en el marco de la OSCE unas normas únicas de celebración de las elecciones y espera que Washington apoye esta iniciativa de Moscú.
Dolgov arribó a la capital de EEUU junto con unos miembros de la Cámara Pública de Rusia en una misión de monitoreo de las elecciones presidenciales.
En las presidenciales de EEUU gana el candidato al que votan al menos 270 electores de un total de 538. Las elecciones se celebran según el sistema “el ganador se lo lleva todo”, consistente en que el candidato con una simple mayoría de votos en un Estado se queda con todos los votos emitidos por los electores de este Estado. Cada uno de los Estados dispone de un número concreto de los votos, que es igual a la cifra de sus escaños en el Congreso de EEUU (dos senadores más varios congresistas, en función de los distritos).
