La violencia en Siria continuará mientras la oposición radical rechace el diálogo con las autoridades, declaró hoy el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov.
"Los opositores residentes fuera de Siria tomaron rumbo para derrocar al régimen. Es una postura intransigente que busca estimular a los radicales para que rechacen el diálogo, y es la causa de la continua violencia y sufrimientos del pueblo", indicó Lavrov a la revista "Mezhdunarodnaya zhizn" ("Vida Internacional").
El ministro señaló que Rusia "no justifica el régimen sirio ni lo exime de responsabilidad, pero considera que se puede detener el derramamiento de sangre sólo obligando a las partes a cesar las acciones armadas e iniciar negociaciones".
"Es lo que se acordó en la reunión del Grupo de Acción para Siria celebrada el 30 de junio en Ginebra, pero más tarde, Estados Unidos se negó a aprobar estos acuerdos en el Consejo de Seguridad de la ONU", apuntó Lavrov.
Dijo que el arreglo negociado de la crisis siria "no conviene a algunos de nuestros socios que prefieren aplicar el modelo libio en Siria". "Tal postura lleva a un callejón sin salida", concluyó.
Entretanto, el Parlamento Europeo llamó hoy al presidente de Siria, Bashar al-Asad, a abandonar el poder. Una resolución sobre Siria, aprobada este jueves en una sesión plenaria en Estrasburgo, exige detener inmediatamente la violencia en Siria y llama al dirigente sirio a marcharse.
Desde marzo de 2011, Siria es escenario de enfrentamientos armados que han causado ya más de 17.000 muertos, según la ONU. Occidente y varios países árabes, que exigen la dimisión del presidente sirio Bashar al-Asad, intentaron adoptar resoluciones contra Damasco en el Consejo de Seguridad de la ONU. China y Rusia vetaron en tres ocasiones los respectivos proyectos de resolución y manifestaron su rechazo a la injerencia foránea en el conflicto.
