Al menos 34 personas murieron hoy en una serie de atentados con bombas perpetrados en Irak, comunicó la policía local.
En total fueron registrados 16 atentados, el más sangriento de los cuales ocurrió en las afueras de la ciudad de Kirkuk, al norte del país, y causó al menos once muertos y casi 20 heridos.
Entre los muertos figuran principalmente reclutas, que se reunieron cerca de una base militar para alistarse en el Ejército iraquí.
Otro ataque tuvo lugar en el poblado de Dujail, a 60 km al norte de Bagdad, donde unos hombres armados abrieron fuego contra una base militar y mataron al menos a once militares.
Además, en la ciudad de Nasiriya, a 300 km de Bagdad, explotaron dos coches bomba, uno cerca al edificio del consulado de Francia. Perdió la vida un guardia y otros cuatro resultaron heridos.
Hoy también se produjeron atentados en las ciudades de Samara, Basora y Tuz Hurmatu.
El incremento de la tensión en Irak se debe a la confrontación que históricamente ha existido entre las dos comunidades más importantes, chiíta y sunita. Según el censo de 1997, el 66% de la población de Irak era sunita, y el 34% chiíta.
Durante el régimen de Sadam Husein, los sunitas dominaron el país, pero después de la invasión de EEUU y el derrocamiento de Husein, en 2003, los chiítas desplazaron a los sunitas y ocuparon importantes cargos públicos, incluido el de primer ministro.
El nuevo balance de fuerzas políticas en Irak agravó las relaciones entre los sunitas y chiítas. Expertos advierten que el incremento de la tensión entre las dos comunidades puede provocar caos y desencadenar una guerra civil en Irak.
