La policía asumió la vigilancia de todos los templos religiosos en Rusia como medida preventiva a la ola de actos de vandalismo ocurridos recientemente a lo largo y ancho del país, informó hoy un portavoz del ministerio del Interior.
En una directiva remitida a todos los departamentos de policía en las repúblicas y provincias, se ordenó organizar patrullas de vigilancia ante todas las iglesias ortodoxas y católicas, mezquitas, sinagogas y casas de oración pertenecientes a confesiones o sectas religiosas autorizadas en el territorio ruso.
A partir a ahora, la policía reforzará las medidas de vigilancia para evitar la comisión de actos de vandalismo contra las instalaciones religiosas similares a la ocurrida el pasado 25 de agosto cuando tuvo lugar la denominada “anti-cruzada” contra varios templos y objetos de culto en varias ciudades del país.
Entonces, desconocidos derribaron y causaron daños a tres cruces pertenecientes a templos ortodoxos en la provincia de Cheliabinsk, en la región de los montes Urales, y otra cruz en la provincia de Arjágels, en el noroeste del país. Posteriormente, la organización autodenominada “Narodnaya Volia” (voluntad popular) reivindicó la autoría de estos actos de vandalismo.
La presente semana, dos jóvenes de 16 y 21 años intentaron prender fuego a las puertas de la catedral de la ciudad de Baltiysk, en el oeste de Rusia, y en los muros del templo escribieron “Abrid los ojos”, “Abandonad la fe” y el número 666, considerada la “marca de la Bestia”.
La ola de actos de vandalismo contra los templos ortodoxos es uno de los temas más discutidos recientemente en los medios de prensa y las redes sociales en Rusia, en momentos en que la sociedad cuestiona las relaciones del estado con las confesiones religiosas, y el papel de las religiones en la vida política del país.
Según las entidades de orden público, los actos de vandalismo contra las instalaciones de la iglesia ortodoxa tomaron fuerza tras el proceso judicial en Moscú contra tres integrantes del grupo punk Pussy Riot, condenadas a dos años de cárcel por gamberrismo y odio religioso, aunque las condenadas afirmaron que cometieron un acto político.
En un gesto de solidaridad con Pussy Riot, en Ucrania una activista de la agrupación feminista FEMEN semidesnuda en el centro de Kiev derribó con una motosierra una cruz monumento dedicado las víctimas de la represión estalinista en la década de los 1920 y 1930.
La situación en torno a la seguridad de los templos ortodoxos puso en guardia a diputados del parlamento que anunciaron la preparación de enmiendas para reforzar el castigo a los delitos contra las instalaciones religiosas.
En defensa de los templos salió también el movimiento social “Rusia Sagrada”, cuyo líder Ivan Otrakovski anunció la creación de patrullas de voluntarios civiles integradas por creyentes para evitar actos de gamberrismo contra iglesias y cementerios ortodoxos.
