Los amantes del tango y la milonga se dieron cita hoy en el concierto de gala en el marco del X Festival Internacional de Tango en la ciudad de Moscú, denominado “Noche milonguera”, para despedir el verano al ritmo de esta danza.
El público ruso, así como las personas que visitan y residen en la capital del país eslavo, pudo deleitarse de la magia del apasionado baile latinoamericano, expresión artística de fusión de culturas y tipos de música, nacida a finales del siglo XIX tras la llegada de emigrantes a la ciudad portuaria de Buenos Aires, Argentina.
Durante el festival, se pudo sentir lo impresionante que es ver a tantos rusos que dediquen parte de su vida al tango, baile que una vez fue prohibido en estas extensas tierras y que se afianzó en la antes Unión Soviética tras la muerte de Iósif Stalin.
En la actualidad esta danza latinoamericana es muy popular en Rusia. Adultos y jóvenes asisten a las escuelas en las que profesores argentinos imparten clases de tango, gracias a los cuales el país euroasiático figura siempre en los concursos internacionales de este baile gaucho.
Valga como ejemplo de ello Vladímir Jórev, campeón en Europa de tango estilo salón y finalista en el Campeonato Mundial de Tango en 2010, quien afirma que la danza argentina tiene raíces muy profundas en su tradición histórica.
Asimismo, es agradable ver que a través del tango, en este mundo moderno en el que predomina otra escala de valores, los jóvenes recuperan algunos como el respeto hacia los mayores, el mismo que sirve de base para que las nuevas y viejas generaciones, las personas de diferentes estratos sociales entre otros parámetros puedan relacionarse socialmente.
Causa gran curiosidad y gusto saber que algunas personas comienzan a estudiar el idioma español para poder entender el tango en toda su plenitud y captar las historias de la vida cotidiana de sus compositores e intérpretes, así como de un pueblo entero.
Cierto tiempo atrás, el tango era considerado como un baile retro, pero hoy, a inicios del siglo XXI, se percibe el retorno de esta danza en su forma original, en la que lo bailaron y bailan en la Argentina.
Se percibe una nueva ola de tangomanía, una nueva línea de neoromanticismo en el que el hombre y la mujer nuevamente encuentran el encanto del tango en el que cae una pareja apenas lo “toca”.
