El ingreso de Rusia a la Organización Mundial de Comercio (OMC) tiene ventajas porque potenciará la modernización de su economía y desventajas porque no abaratará la vida del consumidor, afirma la prensa moscovita al comentar entrada en vigencia del protocolo que incluyó la economía rusa en el cartel comercial internacional.
De golpe debería de bajar el precio de la carne de cerdo, porque las tarifas del 40 %, impuestas a las importaciones para defender el mercado nacional durante la crisis, se eliminarán definitivamente, comentó Aleksei Portanski, catedrático de la Escuela Superior de Economía de Moscú, citado por el diario Komsomolskaya Pravda.
“Pero eso no va ocurrir, por la codicia de los vendedores y otros factores”, dijo Portanski al explicar que el gobierno ruso en sus negociaciones con la OMC logró negociar la reducción gradual de las tarifas aduaneras a las importaciones de alimentos durante plazos de hasta cinco años, y el comprador no podrá sentir ningún efecto.
Las ventajas del ingreso de Rusia en la OMC tendrán efecto a largo plazo porque ahora la industria rusa tendrá acceso a las tecnologías extranjeras clave para modernizar sectores tecnológicamente caducos y deficitarios, actualmente incapaces de competir en los mercados mundiales.
Según el Banco Mundial, en general la economía rusa saldrá ganado por la inclusión en la OMC permitirá acelerar su Producto Interior Bruto (PIB) un 3,3 % el presente año y hasta un 11% en 2020, lo que supone un aumento en la economía por un monto de 162.000 millones de dólares.
En una primera etapa, el ingreso de Rusia a la OMC tendrá e efectos negativos. La reducción promedio de las tarifas de exportación del 9,6% al 7,5% supondrá pérdidas al presupuesto por un monto de 5.900 millones de dólares en 2013 y 7.700 millones de dólares en 2014, según dijo recientemente, el ministro ruso de Desarrollo Económico, Andrei Belousov, aunque añadió que en el mismo periodo aparecerán al menos 40.000 plazas nuevas de trabajo en el país.
Potencialmente el sector metalúrgico, entre otras cosas, uno de los principales promotores del ingreso de Rusia a la OMC saldrá favorecido a corto plazo porque compradores importantes como la Unión Europea ya no podrán limitar la entrada a sus mercados del acero ruso altamente competido en precio y calidad, y no obstante, el mercado interno quedará hasta cierto medida vulnerado porque podrá a aparecer aceros y derivados de bajo precio y baja calidad producido en otros países.
En perspectiva otro importante sector afectado será el agrario, pues si actualmente, las subvenciones estatales a la agricultura ascienden a los 9.000 millones de dólares, en 2018 quedarán reducidas a 4.400 millones.
Según expertos, dentro de cinco años, la agricultura rusa deberá demostrar su capacidad de sobrevivir porque para esa fecha, prácticamente desaparecerán las tarifas a las importaciones agrícolas y se liberalizará al máximo las normativas fitosanitarias a las frutas, legumbres, cereales y flores extranjeras.
Al enumerar los sectores vulnerables, el diario Novie Izvestia destacó además la industria de maquinaria pesada, la industria farmacéutica, y la industria automotriz que difícilmente podrán competir con los fabricantes extranjeros con líneas de producción tecnológicamente más modernas lo que permite reducir el costo de producción de sus productos.
Desde el punto de vista del consumidor, hay cierto optimismo en el mercado interno para los artículos industriales cuyas tarifas bajarán de un 9,5% al 7,3%; los automóviles del 25% al 5%. Otro mercado favorecido es el de los ordenadores, teléfonos móviles, cámaras de fotografía y electrodomésticos que quedarán exentos de impuestos de importación.
