Las advertencias de Obama contra Siria son asunto interno de EEUU

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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, admitió el pasado lunes, 20 de agosto, la posibilidad de autorizar una intervención militar en Siria si se llega al empleo de las armas químicas.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, admitió el pasado lunes, 20 de agosto, la posibilidad de autorizar una intervención militar en Siria si se llega al empleo de las armas químicas.

Esto, según Washington, marcaría una "línea roja" en el conflicto. Sin embargo, parece que estas declaraciones, más que con una real amenaza de la guerra química, tienen que ver con las próximas elecciones presidenciales en EEUU.

El último aviso

“Sería una línea roja para nosotros si vemos movimiento o utilización de armas químicas”, dijo Obama durante una comparecencia ante la prensa en la Casa Blanca. El mandatario norteamericano subrayó que dichos cambios modificarían el “cálculo” de Washington y “el equilibrio” en la región y sugirió una posible intervención militar.

¿Qué es lo que mueve al presidente estadounidense a emitir tales amenazas?

El arsenal familiar de los Asad

No se sabe mucho del arsenal químico de Siria. Damasco comenzó a desarrollar armas químicas a principios de la década de 1970 para tener un elemento de disuasión frente al vecino hebreo. Se cree que Siria cuenta con al menos cuatro centros de producción de sustancias tóxicas que contienen gas mostaza, sarín y VX, todos agresivos nerviosos.

Además, fuentes estadounidenses insinúan que Siria sigue recibiendo precursores de las sustancia tóxicas soviéticas de la serie V (VR, o V-soviético en la terminología occidental). Se debe, en particular, a que en octubre de 1995 el antiguo subjefe de las fuerzas militares químicas de la Unión Soviética, el teniente general Anatoli Kuntsévich, fue acusado por el Servicio Federal de Seguridad de transferir información y materiales al programa químico sirio. Mas tarde los cargos contra el general se retiraron, dejando no obstante muchas sospechas.

Es probable que, de producir Siria los gases tóxicos de la serie V, su fórmula sea la misma que la de los gases soviéticos. Pero no es lo más importante. Damasco dispone de un arsenal más que suficiente de las sustancias “clásicas” y bien conocidas, como el gas mostaza.

Sin embargo, muchos seguirán buscando las huellas soviéticas y rusas en el arsenal químico familiar de los Asad. También intentarán relacionar la misma existencia de este arsenal con la dura postura de Moscú, que apoya a Siria.

Mientras tanto, el papel de los productores de sustancias químicas de Francia o Alemania en la creación en el país árabe de la infraestructura química “de doble función” (civil y militar) no es menor, o acaso es mayor.

Asunto interno

La utilización de las armas químicas no beneficiará al presidente Asad ni desde el punto de vista táctico ni desde la perspectiva de su política internacional.

Pero ¿por qué sonaron con tanta dureza las advertencias de Obama, cuando en otras situaciones a Washington no le importó el uso de armas químicas contra la población civil?

Basta recordar el episodio de la guerra en Irak, cuando las fuerzas iraquíes en marzo de 1988 utilizaron armas químicas contra la localidad kurda de Halabja, causando muchas muertes entre la población civil. Se estima que por lo menos 5.000 personas murieron en el ataque. En aquella ocasión Washington no emitió de inmediato ninguna reacción oficial.

La explicación del nerviosismo de Obama con respecto al arsenal químico sirio parece muy simple. Según expresa el presidente del Instituto ruso de Oriente Próximo, Yevgueni Satanovski, “toda la política exterior de EEUU es interior”. O sea, las declaraciones de Obama están dirigidas en primer lugar a los electores estadounidenses.

Las elecciones presidenciales de noviembre será una prueba muy dura para el actual mandatario y su equipo. Por lo tanto una amenaza dirigida a los que se preocupan por los problemas de los regímenes árabes puede atraer a parte del electorado, que suele votar a los republicanos, tradicionalmente más duros en la política exterior.

Por otra parte, la advertencia de Obama contra la utilización de armas químicas es una reacción necesaria de la Casa Blanca, que no puede quedarse indiferente ante tal posibilidad por motivos electorales y diplomáticos.

En este sentido Washington se encuentra en una situación muy peligrosa: si Asad finalmente decide utilizar su arsenal químico, EEUU no podrá evitar responder con una operación militar. De lo contrario, la administración de Obama se condenaría a un fracaso político estrepitoso, mientras que EEUU tendría graves problemas para mantener su presencia en la región.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

 

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