Más de 100 personalidades del mundo de la cultura rusa pidieron este miércoles, en una carta publicada en la web del diario Moskovski Komsomólets, liberar a tres integrantes del grupo Pussy Riot que permanecen bajo arresto desde marzo pasado tras haber interpretado “una oración punk” en la Catedral de Cristo el Salvador, en Moscú.
Los firmantes de la carta, entre ellos, escritora Ludmila Ulítskaya, los directores de cine Alexei Guerman y Andrei Konchalovski, el bailarín Nikolai Tsiskaridze y otro centenar de personalidades solicitan a la Corte Suprema de Rusia y al Tribunal de la Ciudad de Moscú que pongan en libertad a Nadezhda Tolokónnikova, María Aliójina y Ekaterina Samutsévich, quienes se exponen a una pena de prisión de hasta siete años por un presunto delito de vandalismo.
La acusación calificó así la “oración punk” que estas tres jóvenes, junto con las otras dos integrantes de Pussy Riot, todas ellas, enmascaradas, cantaron el pasado 21 de febrero ante el altar de la moscovita Catedral de Cristo el Salvador. La canción incluía las palabras “Santa Madre, Virgen Bendita, echa fuera a Putin”.
El incidente, grabado en un video que se puso más tarde en Internet, provocó amplia resonancia pública y fue catalogado de sacrilegio por creyentes ortodoxos, se produjo un par de semanas antes de las elecciones presidenciales en que Vladímir Putin obtuvo una victoria. Tres integrantes de Pussy Riot fueron arrestadas en marzo. Hace poco, el plazo de su arresto fue prolongado hasta el 24 de julio.
“Consideramos que la actuación de Pussy Riot no constituye un delito penal. Las jóvenes no han cometido ningún homicidio, robo ni acto de violencia, no han destruido ni sustraído bienes ajenos”, recalcan los firmantes de la carta que sigue abierta para suscripción pública en la web de la emisora Ejo Moskvi. El documento recuerda que “Rusia es un país laico, por lo que ninguna acción anticlerical, salvo las tipificadas en el Código Penal, pueden dar origen a una persecución penal”.
El expediente penal abierto contra las integrantes de Pussy Riot “desprestigia al sistema judicial de Rusia y mina la confianza hacia las instituciones del poder en su conjunto”, según los firmantes.
Entre ellos no faltan quienes desaprueban el comportamiento de las jóvenes pero, aun así, consideran desmesurado el castigo. “No me gusta lo que han hecho pero el castigo me parece improcedente e ilegítimo”, comentó el director de cine Fiódor Bondarchuk en declaraciones con RIA Novosti. “No quiero que una gamberrada derive en una represión ideológica con sesgo religioso ortodoxo”, manifestó el músico Andrei Makarévich. “Es difícil confiar en la justicia en este país pero sí confío en clemencia”, señaló en una entrevista con RSN el director de cine Andrei Konchalovski.
Un portavoz de la Corte Suprema de Rusia confirmó la recepción de la carta pero dijo que “no sería ético por parte nuestra comentar lo que ocurre en los tribunales de instancias inferiores, menos aún, en la fase de investigación preliminar”.
