Al conceder una entrevista a cinco canales de televisión rusos, el presidente saliente de Rusia, Dmitri Medvédev, volvió a demostrar que es político moderno, al estilo occidental.
Es capaz de escuchar tranquilamente las preguntas más incómodas.
Pero esto no quiere decir que el mandatario ruso esté dispuesto a hacer concesiones. Medvédev no se desvió de la postura oficial discutiendo los temas más palpitantes, incluida la responsabilidad de ministros por los fracasos en sus departamentos. Lo mismo ocurre con el caso de exjefe de la petrolera Yukos Mijaíl Jodorkovski, que cumple una larga pena carcelaria desde 2005, o con las manifestaciones de protesta celebradas tras las elecciones parlamentarias en Rusia.
Aunque se prevé realizar cambios en el Gobierno, no se debe esperar que los ministros más odiosos sean destituidos. Medvédev reafirmó además que no puede indultar a Jodorkovski sin previa petición del propio empresario, recordó que los manifestantes de Moscú perdieron las elecciones, mientras que el destino de un país democrático depende de las decisiones que toma la mayoría. El partido oficialista Rusia Unida es fuerte y Medvédev está dispuesto a encabezarlo.
A juzgar por todo esto, la época de los temas tabú queda atrás ya, aunque no se debe esperar que todas las exigencias de los opositores sean cumplidas y las autoridades rusas se vean obligadas a ceder sus posiciones, como en el período del gobierno del primer y último presidente soviético, Mijaíl Gorbachov.
En 1991, a los miembros del autoproclamado Comité Estatal de Emergencia (GKChP por sus siglas en ruso) que realizó un intento para tomar el poder en la Unión Soviética, les sorprendió la pregunta de la periodista rusa Tatiana Málkina sobre si entendían que habían protagonizado un “golpe de Estado”: los golpistas no estaban acostumbrados a tales términos. Se consideraba que los golpes de Estado podían producirse en cualquier lugar, por ejemplo en América Latina, a excepción de Rusia.
Pero no hay preguntas que puedan asustar a los políticos de nueva generación. Están acostumbrados a buscar la información en Internet y están al tanto de todas las tendencias actuales.
Los representantes de la comunidad liberal y varios expertos esperaban que las preguntas incómodas de los canales opositores REN TV y Dozhd (Lluvia) causaran confusión de Medvédev, obligándole a comentar el caso de Jodorkovski y las huelgas de hambre declaradas en la ciudad de Astracán (situada en el curso bajo del Volga) y en Lermontov (Territorio de Stavropolie).
Pero Medvédev reaccionó ante las preocupaciones de los periodistas igual que Occidente reacciona a las preocupaciones de Rusia respecto al despliegue del escudo antimisiles de EEUU y la OTAN en Europa: sin hacer concesiones pero explicando en detalle que lo que pasa beneficia a todos, incluidos los propios periodistas.
¿No les gusta la situación con Jodorkovski? Pero sucede que el propio exjefe de Yukos no quiere solicitar el indulto, y ¿cómo se puede indultar al que no reconoce su culpa y nada solicita? Quizás este hombre quiera probar que es inocente.
Además, la población penitenciaria de Rusia se redujo en un 20%, hasta unas 800.000 personas, durante los cuatro años del mandato presidencial de Medvédev, pero se oye hablar de estos 200.000 indultados con menos frecuencia que sobre una posible liberación de solo uno: Jodorkovski.
¿Preocupa la dependencia de la economía rusa de la exportación de materias primas? Pues resulta que “la producción de los medios de producción” creció un 50%, la producción de sistemas electrónicos, un 30%. Lo malo es que no se cita el nivel que se toma en consideración cuando se evalúa el porcentaje de crecimiento. En 2008, por ejemplo, Rusia fabricaba muy pocos productos electrónicos y de maquinaria.
¿Preocupa el estancamiento entre los altos funcionarios? El presidente recuerda que durante sus cuatro años de mandato fueron sustituidos un 50% de los gobernadores. Así las cosas, se registra un avance en todas las direcciones y lo que es más importante: Rusia ha logrado un importante progreso en materia de libertades civiles en los últimos años.
Lo único que se puede objetar a estos datos evidentes es ¿por qué no somos felices todavía? Parece que el propio presidente contestó esta pregunta al comentar un ritmo lento de la reforma judicial. Según Medvédev, “para crear un tribunal moderno no es suficiente aprobar decretos, sino se debe crear modelos de conducta y obligar a los jueces a seguirlos”.
Entonces, los modelos de conducta son lo más importante. Quizás en estos se pueda buscar la solución del problema de la censura planteado por el periodista Alexei Pivovárov, que representaba el canal NTV durante la entrevista de Dmitri Medvédev.
El mandatario ruso recordó que la Constitución de Rusia prohíbe la censura en los medios de información y si esta aparece, es razón suficiente para la intervención del Gobierno”.
Pero ¿es posible que esta intervención del Gobierno restrinja voluntariamente la censura vinculada con el propio sistema de funcionamiento del Estado? Quizás esto tuviese lugar durante la época del gobierno de Gorbachov, pero esta intervención beneficiosa del Gobierno no duraba mucho.
Resulta que si Medvédev había mencionado la aprobación de decretos, Pivovárov creó un modelo de conducta al declarar que, trabajando en un canal de televisión federal, en reiteradas ocasiones afronta restricciones que no le permiten “cumplir debidamente sus obligaciones profesionales”.
Esta declaración es un acto de valentía, puede ser destituido de su cargo. Y su proeza es un modelo de conducta que, según el presidente, es más importante que cualquier decreto. Podríamos agradecer a Pivovárov por su modelo de conducta.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
