Cuando los técnicos instalaron las cámaras web en los colegios electorales por todo el enorme territorio de Rusia ninguno de ellos se daba cuenta de que estaba montando con sus propias manos la red social más cara y menos duradera en el mundo.
La más cara si se divide su coste y esfuerzos invertidos en su creación por el tiempo de su existencia. Se trata del sistema de videovigilancia de las urnas electorales al que el ministro ruso de Comunicaciones Igor Schegolev bautizó como “la nueva red social”.
Durante las elecciones presidenciales 2012 cada usuario de Internet que se asomase al sitio web http://webvybory2012.ru/ pudo ver con sus propios ojos cómo se votaba en su ciudad natal, donde tal vez no había estado en muchos años. Lleno de nostalgia, tuvo la posibilidad de encontrar en un mapa interactivo esta tan ciudad tan entrañable la calle donde jugó en la infancia, el colegio que odió hace 30 años, y que ahora está orgullosamente ligado a la imagen de una papeleta electoral.
Curarse la nostalgia
Para curarse de la nostalgia no hay más que pinchar la imagen. En cuanto el usuario lo hace se ve en una sala, lúgubre e impersonal, donde alrededor de una larga mesa están sentadas varias personas malhumoradas buscando en las listas los apellidos de escasos votantes que esperan pacientemente para cumplir con su deber.
También se puede pinchar en el botón que dice “Urna” para ver precisamente la urna electoral observada por varios inspectores. Uno está mirando con detenimiento la pantalla de su iPhone, otro vigilando la urna, el tercero a las personas de la mesa como si esperara una trampa de ellos.
Muchos curiosos usuarios vieron que las paredes de su colegio están igualmente desconchadas y del mismo color que cuando habían luchado con el director por cada centímetro de más de su peinado escolar o de menos de su falda de uniforme. Los más jóvenes reconocieron, quizás, entre las personas malhumoradas a su maestro, o incluso al director designado presidente de la mesa electoral.
Sin embargo, la nostalgia no fue la única razón que dio lugar a esta extraña red social “Elecciones-2012”.
"Mola"
Muchos se asombraron al conocer que en el portal que transmitía en directo el proceso de votación en todo el país se registraron dos millones de personas. Los internautas experimentados, los miembros de las redes sociales reales y los blogueros en seguida encontraron sentido al sistema de tramisiones por cámaras web creado por el ministro Schegolev tras una encomendación del gobierno ruso. Este sentido se resume en una sola frase publicada en Twitter: “¿Estás viendo las transmisiones de las cámaras web? Yo también me he enganchado a este “reality show”. Mola)))”
A los habitantes de la red les gusta investigar y compartir sus hallazgos. “Las elecciones 2012 en la red” se convirtieron, gracias a la inaudita generosidad del Estado, en una atracción que permitió saltar de la mesa electoral en Chechenia a la de Vladivostok en Lejano Oriente ruso, donde los votantes improvisaban un baile con el Funky Boogie, y luego otra vez a Chechenia, con los electores también bailando, y luego compadecer a una chica de uniforme policial que por poco se cae de la silla del sueño y, finalmente, hunde la cabeza en el gorro con orejeras y se duerme...
Sin embargo, sería injusto reducirlo todo al divertimento.
“La gente pide que se queden las cámaras”
Las cámaras web en las mesas electorales permitieron a los internautas de hoy divertirse y descubrir nuevas cosas. Por un lado, se pudo saludar con la mano a los amigos, ver votar a los familiares, hacer un pantallazo de uno mismo poniendo la papeleta en la urna. Por el otro, y es lo más importante los habitantes de la red descubrieron su propio país. Algunos se quedaron tan alucinados con este descubrimiento que colgaron decenas de fotos de diferentes mesas electorales en sus páginas personales de Facebook.
“La idea de colocar las cámaras ya es un super éxito. El país se quedó desnudo”, escribe uno de los usuarios de Twitter. “Estoy viendo la transmisión en directo tomando un zumo de naranja natural y pienso que las cámaras son una buena idea, ¡estamos viendo Rusia entera!” dice entusiasmado otro. “Es asombroso, estoy viendo las transmisiones de diferentes regiones: Cáucaso, centro, sur. La gente es tan simpática en todas partes”, se enternece el tercero.
Los motivos de tal entusiasmo no son obvios. Quizás tenga razón otro usuario cuando escribe: “Gracias a las cámaras los moscovitas se han enterado hoy de la existencia del resto del país”.
O tal vez los usuarios de la red agradezcan al estado que, sin quererlo, convirtió el procedimiento de la votación, importante, pero aburrido, en un espectáculo en el tiempo real, practicamente en el 'Gran Hermano'
Todavía no se sabe si las transmisiones sirvieron para su objetivo inicial – luchar por unas elecciones honestas. Pero a mucha gente le gustó seguirlas.
Uno de los usuarios de LiveJournal uno escribe: “Los 13 mil millones de rublos no se gastaron en vano. La gente ya pide que las cámaras se queden después de las elecciones, ya que hacen a las personas que se encuentran a miles de kilómetros sentirse más cerca. Se saludan y mandan recuerdos a los familiares en las mesas electorales”.
Cabe recordar, no obstante, que esta alegría sólo la compartieron los usuarios de Internet que estaban conectados a la red. La “gente off-line” no sospecha siquiera que toso esto es tan divertido. ¿Cuántos son? 109.947.323 votantes rusos menos los dos millones.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
