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Meseta que se mueve como oruga provocó seísmo de 1992 en Pakistán según científicos

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La meseta de Kohat, en el noroeste de Pakistán, se mueve sobre otra placa tectónica como una oruga, lo que explica el inusual seísmo de seis grados que ocurrió en esta zona el 20 de mayo de 1992, consta en un artículo que se publicará en el número de febrero de la revista Nature Geoscience.

La meseta de Kohat, en el noroeste de Pakistán, se mueve sobre otra placa tectónica como una oruga, lo que explica el inusual seísmo de seis grados que ocurrió en esta zona el 20 de mayo de 1992, consta en un artículo que se publicará en el número de febrero de la revista Nature Geoscience.

El geofísico estadounidense Roger Bilham, de la Universidad de Colorado, y sus colegas indios usaron radares interferométricos de apertura sintética para estudiar la estructura de placas tectónicas en el epicentro de aquel terremoto que causó más de 200 muertos en la ciudad de Kohat.

El temblor hizo que un área de 80 kilómetros cuadrados, de actividad sísmica relativamente baja, se desplazara horizontalmente 30 centímetros en menos de un segundo. El terremoto de Kohat se produjo en una falla “perfectamente horizontal” mientras que la mayoría de los seísmos ocurren en fallas casi verticales.

Bilham comparó una falla con “una capa de contacto entre la alfombra y el suelo”. En declaraciones al portal “OurAmazingPlanet”, la comparó con una cama de agua: puesta en una superficie firme, resulta casi imposible de mover pero, si la colocáramos en una cancha de hielo por ejemplo, se movería con mayor facilidad. Una parte podría arrugarse, otras se quedarían atascadas pero se dejaría mover.

La meseta de Kohat ocupa un territorio de 10.000 kilómetros cuadrados al suroeste del Himalaya. Empujada hacia el sur por la placa eurasiática, se desliza sobre su propia “cancha de hielo”, una capa lubricante de sal que separa la meseta de una capa de roca inferior.

De vez en cuando, una parte de la meseta  se atasca al tropezar con la roca de abajo y, mientras el resto avanza hacia el sur, la tensión deriva en un terremoto.

El movimiento de la meseta es similar al de una oruga: generalmente suave y deslizante pero, por momentos, espasmódico.

El seísmo de 1992, a juicio de investigadores, fue una excepción más que una regla. Acontecimientos como éste ocurren una vez en 600 años, y lo más probable que el siguiente terremoto de características similares se produzca en el sur de la meseta y tenga una magnitud de 7 grados Richter como máximo.

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