Protestas en Moscú incrementan para el Gobierno ruso el riesgo de cara a las presidenciales

© RIA Novosti . Kirill Kallinikov / Acceder al contenido multimediaProtestas en Moscú, 24 de diciembre.
Protestas en Moscú, 24 de diciembre. - Sputnik Mundo
Síguenos en
La segunda manifestación multitudinaria, “¡Por unas elecciones limpias!”, que se celebró el pasado sábado en la capital rusa testimonia que el grado de protestas no baja, en contra de lo que esperaban las autoridades.

La segunda manifestación multitudinaria, “¡Por unas elecciones limpias!”, que se celebró el pasado sábado en la capital rusa testimonia que el grado de protestas no baja, en contra de lo que esperaban las autoridades.

La movilización de ayer en la avenida Sájarov de Moscú, a pesar del ajetreo festivo de fin de año, no congregó menos gente que el anterior mitin del 10 de diciembre en la plaza Bolótnaya. Las críticas contra el Gobierno y el primer ministro Vladímir Putin en persona se volvieron más drásticas en los discursos de prácticamente todos los oradores. El hecho incrementa para las autoridades el riesgo de cara a los comicios presidenciales del 4 de marzo de 2012: a medida que se aproxima esa fecha, los ataques se van reorientando de Rusia Unida y la Comisión Electoral Central (CEC) a Putin, candidato a la presidencia por el partido gobernante.

Para el Kremlin es una tendencia peligrosa pero aún no crítica. La oposición está desunida, tiene demandas e ideología variopintas y carece de un líder que pueda cohesionar las filas. Entre  los manifestantes de ayer, encima, apareció un viejo amigo de Putin y ex ministro de Finanzas Alexei Kudrin, quien se ofreció como intermediario para el diálogo entre el Gobierno y la calle.

No obstante, los analistas opinan que las protestas de la oposición, capaz de organizarse y garantizar una logística eficaz de sus convocatorias, se irán politizando a menos que las autoridades recuperen la iniciativa y dejen de ignorar los ánimos de amplios sectores sociales.

La protesta del sábado en Moscú tuvo un seguimiento máximo de 30.000 personas, según las estadísticas policiales, en comparación con unos 25.000 el pasado 10 de diciembre. Los organizadores mencionaron la cifra de 120.000 manifestantes pero portavoces del Interior precisaron que tantos no habrían cabido simplemente y que la suya es una cifra real, por tratarse de gente contabilizada durante el paso por detectores de metales hacia el lugar de la convocatoria.

Vladímir Petrov, del Centro Carnegie de Moscú, está convencido de que el número de los manifestantes seguirá en aumento: “Antes decían que son jovencitos aburridos o plancton oficinista pero ya está claro que no es así”.

Caras nuevas

Conocidos disidentes, roqueros y escritores subieron ayer al escenario, sobre el cual se veían  pancartas “¡Rusia será libre!”, “Las elecciones fueron una farsa” y “¡Juzgar a los falsificadores!“. Hubo dos caras novedosas que reivindican con esa comparecencia protagonismo en la política pública: el abogado y bloguero Alexei Navalni, quien se hizo famoso gracias a sus denuncias de corruptelas y puso en boga la etiqueta “partido de granujas y ladrones” en relación con Rusia Unida; y el ex titular de Finanzas Alexei Kudrin, antiguo correligionario del primer ministro Putin.

Navalni estuvo ausente en la manifestación del 10 de diciembre: cumplía la pena de 15 días de arresto administrativo a raíz de una protesta no autorizada que tuvo lugar al día siguiente de los comicios parlamentarios. La Policía reprimió duramente aquella protesta, después de que los manifestantes intentarán desfilar hacia la sede del FSB, el servicio nacional de seguridad.

Hombre aparentemente equilibrado y tranquilo, Navalni se transformó ayer en un orador enardecido, llamó a recuperar los “votos robados” y hasta señaló que en la plaza hay suficientes manifestantes para “tomar” el Kremlin y la sede del Gobierno, aunque la oposición no lo hará por ahora. Esas declaraciones, según contó uno de los participantes del mitin, causaron visible descontento entre los reunidos.

El ex ministro Kudrin, quien había eludido hasta ayer la política pública, firmó el sábado un artículo en el diario Kommersant en el que aupó las principales demandas de la oposición y exhortó a destituir a Vladímir Chúrov, jefe de la autoridad electoral rusa.

Al intervenir en el mitin, se abstuvo de pedir la invalidación de los comicios del 4 de diciembre pero se pronunció por adoptar una nueva ley de partidos, convocar elecciones parlamentarias anticipadas y crear un grupo especial para dialogar con el Gobierno, impulsar una reforma política y así poder celebrar las presidenciales del 4 de marzo en un nuevo contexto. Kudrin se declaró dispuesto a propiciar tal diálogo por todos los medios.
Después de terminado el mitin, contó a la prensa que también había formulado todas esas propuestas ante Vladímir Putin pero no especificó cuál fue la reacción del primer ministro.

La oposición apunta contra el candidato oficialista

Una fuerte retórica anti-Putin en la manifestación de ayer marcó la principal diferencia con respecto a la protesta anterior. “No somos Bandar-log”, subrayaron diversos oradores en respuesta al primer ministro que, en una reciente intervención televisada, comparó a opositores con el pueblo de los simios de “El libro de la selva”,  de Rudyard Kipling.

El rechazo a Putin, a juicio de analistas locales, es prácticamente el único elemento aglutinador en el variopinto panorama político del mitin.
“Putin se ha visto en el centro de las protestas, ante todo, porque la repetición de los comicios parlamentarios a corto plazo (…) ya no puede consolidar a los manifestantes”, señaló Mijaíl Rémezov, presidente de la fundación Estrategia-2020.

Alexei Mujin, director del Centro de información política, piensa sin embargo que la consigna “Rusia sin Putin” es “el punto más flojo de la oposición”. “No tiene un personaje fuerte  que pueda hacerle competencia a Putin”, dijo.

Rémezov opina que Putin necesita ahora recuperar la confianza de su antigua mayoría o crear otra nueva.

Valeri Jomiakov, director del Consejo de estrategia nacional”, considera que el Gobierno debe “formar una comisión para investigar las irregularidades cometidas durante la campaña de elecciones parlamentarias e incluir en ella a representantes de la oposición y organizadores de esos mítines”.
Según Mujin, las autoridades ya “le quitan a la oposición las consignas más acertadas”, como demuestra la reciente propuesta de una amplia reforma política, incluida la vuelta a la elección de gobernadores regionales por sufragio directo.

Lo último
0
Para participar en la conversación,
inicie sesión o regístrese.
loader
Chats
Заголовок открываемого материала