Si el presidente ruso, Dmitri Medvédev, hubiera dirigido su actual mensaje anual hace uno ó dos años, habría gozado de apoyo de todos los ciudadanos rusos que se pronuncian por la democracia, así como de la mayoría de los socios extranjeros de Rusia.
Hoy en día, podemos evaluar la propuesta del presidente en ejercicio de llevar a cabo una reforma integral del sistema político ruso, realmente necesaria, en vista de que su mandato expira en mayo de 2012.
Merece respeto la decisión del presidente de continuar actuando durante los próximos cinco meses e iniciar sus reformas más radicales al término de su mandato.
La reforma política propuesta, en caso de cuajarse en realidad, puede arrancar la iniciativa de las manos de la oposición. La idea más interesante es la posibilidad de elegir a los dirigentes regionales por sufragio directo en sus respectivas entidades territoriales.
Dmitri Medvédev no dijo si se prevé aplicar el “filtro presidencial” a sus candidaturas, mencionado por el primer ministro, Vladímir Putin, el pasado 15 de diciembre, cuando respondía en directo a las preguntas de los ciudadanos rusos.
Putin admitió la posibilidad de implicar a partidos opositores en la elección de gobernadores. El jefe del Gobierno ruso sugirió “pensar en la variante de que todos los partidos que entren en un Parlamento regional propongan al presidente (…) sus candidaturas para el cargo de gobernador”.
Una vez que estas candidaturas hayan pasado por el “filtro presidencial”, el jefe del Estado las sometería a la votación en la respectiva entidad territorial, mediante sufragio directo y secreto, señaló. Según Putin, el presidente debe reservarse el derecho a cesar en el cargo al gobernador elegido por pérdida de confianza.
Medvédev rehusó concretar detalles de su propuesta. Si lo hubiera hecho hace un año, los politólogos habrían empezado a polemizar, haciendo pronósticos si las elecciones serían directas o “filtradas”. Hoy en día, es evidente que será aprobada la versión de Putin. Es lógico.
El propio Medvédev, durante su mandato presidencial, anunció en reiteradas ocasiones que los gobernadores que recuerdan con nostalgia la época de las elecciones por sufragio directo y están descontentos con el sistema actual, pueden presentar la dimisión.
Medvédev aprovechó la oportunidad de destituir a los gobernadores por pérdida de confianza. El caso con el ex alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, es un buen ejemplo de esto.
¿Por qué el siguiente presidente debe renunciar a las posibilidades que tiene en su disposición el mandatario actual?
La vida política rusa es muy dispar. Y si Medvédev tuvo en cuenta las elecciones sin “filtro presidencial”, esta postura es también explicable. Gracias a la cancelación de las elecciones por sufragio directo, que se aplicaron en Rusia hasta mediados de la década del 2000, poco después del atentado de Beslán, se logró sustituir a varios líderes regionales que ocupaban sus cargos durante un período demasiado largo.
Hoy en día, este saneamiento del cuerpo de los gobernadores casi ha concluido y se puede regresar a la democracia.
Medvédev recomendó también simplificar los trámites para el registro de partidos políticos. Aunque la propia medida parece absolutamente democrática, la experiencia negativa de los últimos cuatro años suscita dudas. Durante la presidencia de Dmitri Medvédev no se ha registrado nungún nuevo partido. Así las cosas, en las recientes elecciones parlamentartias pudieron participar sólo las siete formaciones políticas registradas anteriormente.
Parece poco probable que cualesquiera 500 personas representantes de al menos 50 entidades territoriales en el seno de Rusia reciban el visto bieno para el registro de un nuevo partido. Según la legislación vigente, hoy en día, el partido puede registrarse en caso de que cuente con al menos 45.000 miembros (anteriormente, la cantidad de miembros ascendía a 50.000).
Es oportuna también la propuesta sobre la reducción de las firmas necesarias para la promoción de pretendientes a la presidencia del país (de los actuales 2 millones a 300.000, si son candidatos independientes, y a 100.000, si se postulan por un partido sin representación parlamentaria).
Esta norma podría ofrecer la posibilidad de participar en las elecciones presidenciales a los representantes de la oposición no parlamentaria. Pero, según muestra la expertiencia, es posible encontrar un mínimo necesario de las firmas falsas aún en 100.000 para negar el registro a un candidato inconveniente.Es de bienvenida una serie de las iniciativas del Medvédev con las que intenta facilitar su futuro trabajo en el cargo del primer ministro del país. Medvédev sigue fiel a los principios establecidos en sus mensajes anteriores a la Asamblea Federal de Rusia.
Se trata de la reducción de carga tributaria para empresas, la lucha contra la corrupción, un aumento del nivel de vida de maestros, médicos, funcionarios de las guarderías infantiles, etc. La redistribución de los recursos públicos a favor de las entidades federadas y municipalidades persiguen estos objetivos.
Pero durante los últimos cuatro años, no se ha observado un progreso considerable en este ámbito. Además, ¿cómo puede distribuir oportunamente los recursos un gobernador que no ha sido elegido por los habitantes de la respectiva región?
¿A quién rendirá las cuentas de su gestión? ¿Ante los electores de la entidad federada o ante los funcionarios del Kremlin capaces de apoyar su candidatura o cesarle en el cargo? La respuesta es evidente, con excepciones muy raras.
Sea como sea, este mensaje del presidente Medvédev fue el más destacado, más íntegro y más democrático. Si el actual mandatario ruso logra realizar al menos una parte de las ideas presentadas, este mensaje pasará a la historia.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
