Ciudadanos rusos quieren que las autoridades les hagan caso

© RIA Novosti . Kirill Kalinnikov / Acceder al contenido multimediaCiudadanos rusos quieren que las autoridades les hagan caso
Ciudadanos rusos quieren que las autoridades les hagan caso - Sputnik Mundo
Síguenos en
Las elecciones parlamentarias en Rusia y las subsiguientes protestas revelaron que el pueblo no se conforma con el papel de un simple observador en la vida política.

Las elecciones parlamentarias en Rusia y las subsiguientes protestas revelaron que el pueblo no se conforma con el papel de un simple observador en la vida política.

Este descontento viene acumulándose desde hace tiempo, pero es ahora cuando sale a la luz a través de mítines y manifestaciones autorizadas.
La mayoría de expertos comparten la opinión de que las propias autoridades son, en parte, responsables de lo que ha sucedido. Los formatos de participación ciudadana en la política son obsoletos o insuficientes. Tras los comicios de 2007 y 2008, el gobierno tardó en iniciar el diálogo con el pueblo.

Se fueron suspendiendo los foros de los ciudadanos, en los cuales el entonces presidente Vladimir Putin se reunía con los defensores de los derechos humanos, incluida la líder moscovita del Grupo de Helsinki, Liudmila Alexéeva, famosa por su inconformismo. El presidente actual, Dmitri Medvédev, dio algunos pasos para cambiar la situación pero actuando sin ningún tipo de apoyo es incapaz de sustituir la opinión de un parlamento, que dejó de ser un lugar para discutir con Rusia Unida, partido único y omnipotente, en el poder.

Los “nuevos indignados”

En vísperas de los comicios parlamentarios, celebrados el 4 de diciembre, Putin recomendó en sus entrevistas concedidas a tres canales de televisión, organizar debates entre los partidos oficialmente registrados. El presidente Dmitri Medvédev prometió garantizar a la sociedad civil que participaría en el proceso de elaboración de decisiones políticas.

“Todos estos pasos son correctos pero se han dado demasiado tarde, tenían que haber ocurrido hace un año y medio”, considera el experto en política Alexei Chadáev, antiguo jefe del departamento político del Comité Central Ejecutivo de Rusia Unida.

“Durante mi carrera en Rusia Unida me gané la fama de alarmista porque no paraba de advertir que estábamos perdiendo el apoyo de los ciudadanos. Me refería a los ‘nuevos indignados’, residentes de las ciudades que no se conforman con el viejo esquema de intercambio de facilidades sociales por votos. Hablando metafóricamente, esta gente no venderá su voto por vagas promesas. Exigen participación real en la política”, declara Chádaev.

Un partido para los “indignados”

¿Cómo integrar a la sociedad en el proceso político? ¿A través de la pluralidad de partidos? Pero el sistema pluripartidista actual deja fuera de la vida política a una gran parte de la sociedad rusa. Urge desmonopolizar la política que permanece invariable desde principios de los 90. Incluso el principal ideólogo del Kremlin, subdirector de la administración presidencial, Vladislav Surkov, confesó en una entrevista que en la estructura política de Rusia hay un vacío, falta un “partido liberal influyente” que represente a las “comunidades descontentas”.

Surkov opina que esta parte de la sociedad debe tener, además de los medios masivos opositores, representación parlamentaria. El presidente del Centro de Ingeniería Política, Igor Bunin, propone una solución más radical: volver a cancelar las restricciones para la inscripción de nuevos partidos políticos como en la década de los 90. Hoy en día no hay peligro de que aparezcan numerosos partidos efímeros, como sucedió en aquellos años: hoy los patrocinadores financiarán un proyecto político tan sólo si es serio, real y tiene posibilidades de pasar a la Duma de Estado (cámara baja del parlamento ruso). Sin embargo, según Bunin, esta medida encontrará resistencia no sólo por parte de Rusia Unida sino también por los partidos de la oposición, que están acostumbrados a tener cierto número de escaños en el parlamento y esto pondrá fin a su monopolio.

Bajo el control ciudadano

Son imprescindibles también los cambios en otro ámbito de la vida política, en el funcionamiento de los mecanismos de control del gobierno. En primer lugar y lo más importante, la revisión que garantiza honestidad y transparencia en las elecciones.

“La transparencia de la gestión del gobierno será garantizada por el proyecto de ley sobre el control ciudadano que están promoviendo el Consejo presidencial para el desarrollo de la sociedad cívica y la Cámara Pública, informa el miembro de esta última entidad, Alexander Brod.

Existen varias versiones de este proyecto de ley pero en todas se trata del aumento de la influencia ciudadana en la vida política del país: organización de audiencias públicas, investigaciones, obligación de todos los funcionarios de rendir cuentas ante los parlamentos regionales y asambleas locales…

Se discute, además, la idea de volver a elegir a los gobernadores ya que el sistema actual, cuando un gobernador puede ser destituido porque en su región Rusia Unida no triunfó en las elecciones, prácticamente empuja a los líderes regionales a falsificar los resultados electorales.

El puesto de León Tolstoi está vacante

Otra posibilidad para los ciudadanos para que participen en la vida política es hacerlo a través de las organizaciones no gubernamentales (ONG) (asociaciones profesionales y otras instituciones de la sociedad cívica).

“Desgraciadamente, tan sólo el 7% de los ciudadanos rusos están involucrados, en mayor o menor medida, en la actividad de las organizaciones no gubernamentales y sin ánimo de lucro. En los países desarrollados de Europa Occidental lo está una tercera parte de la sociedad”, indica Brod.
“Es necesario que en el trabajo de las ONG y su financiación participen los ciudadanos de a pie. En realidad las ONG rusas tienen gran potencial, aunque la gente muchas veces no es consciente de ello”, asegura Brod.

El historiador ruso Vasili Kliuchevski (1841-1911) recomendó en su tiempo no sólo adaptar las formas occidentales de la participación ciudadana en la vida política (como las elecciones y ONG), sino también desarrollar las tradiciones rusas en este ámbito. Alexei Chadáev destaca como formas tradicionales del control ciudadano el fenómeno de las “personalidades”: grandes escritores, médicos, profesores…Esta gente goza de un prestigio popular y tiene peso político.

“En Rusia siempre ha existido un “trono” para la figura que encarnaba la “conciencia nacional”,  explica Chadáev.

“En su tiempo lo ocupó Lev Tolstoi (escritor), que en algunos aspectos influyó en la vida nacional más que el zar. En otros momentos lo ocuparon el académico Dmitri Lijachov, el físico Andrei Sájarov, el escritor Alexandr Solzhenitsyn. Ahora este puesto está vacante, esto significa que en el país no funciona ninguna institución de control ciudadano sobre las autoridades”, declara.

Haciendo las cosas bien, estas instituciones tradicionales podrán tener una nueva vida y funcionar en manos de personas inteligentes y con un gobierno que las respete y confíe en ellas. Lo importante es tener fe y actuar.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

Lo último
0
Para participar en la conversación,
inicie sesión o regístrese.
loader
Chats
Заголовок открываемого материала