El movimiento “Ocupa Wall Street” puede convertirse en protesta global

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Durante toda la primera semana de octubre nuevas marchas del movimiento “Ocupa Wall Street” (Occupy Wall Street) convulsionaron Nueva York y otras ciudades de Estados Unidos.

Durante toda la primera semana de octubre nuevas marchas del movimiento  “Ocupa Wall Street” (Occupy Wall Street) convulsionaron Nueva York y otras ciudades de Estados Unidos.

Actos de protesta frente a los centros financieros y bancos del Sistema de Reserva Federal de EEUU se llevaron a cabo en Boston, Los Angeles, Memphis, Mineápolis, Washington, Baltimor y otras ciudades, grandes y pequeñas, e incluso en las lejanas islas de Hawai.

Los coordinadores del movimiento afirman que en octubre las marchas de protesta tendrán lugar en 147 ciudades de 47 estados del país. Y también en Gran Bretaña, Canadá, Alemania y Suecia.
 
La chispa que provocó el incendio

El movimiento “Ocupa Wall Street” ya se está convirtiendo de un fenómeno neoyorquino en una protesta nacional e incluso mundial que las autoridades, partidos y sindicatos no pueden ignorar más.

La primera protesta de los “ocupas” tuvo lugar el 17 de septiembre en el centro financiero de Manhattan, baluarte del capitalismo estadounidense.
 Lo que al principio parecía una broma, una salida curiosa de la población de la ciudad que nunca duerme en contra los magnates de Wall Street, está adquiriendo la magnitud de un fenómeno social y creciendo como la espuma.

A la vez, el “eje ideológico” inicial, la protesta en contra de la alianza del capital y la política, de la corrupción y plutocracia, va adquiriendo nuevas vertientes.

Ya no son simples quejas contra la caída del nivel de vida, la omnipotencia de los bancos, la pérdida de trabajo a causa de las especulaciones de los tiburones financieros, la crisis económica, el desempleo, o la ruina.

 Es una protesta contra el sistema político encallecido, pérdida de la posibilidad de recibir educación y asistencia médica, cambio climático, abuso policial, pena de muerte, discriminación de las mujeres y ataques a la libertad de expresión.

Los que promovieron la idea no esperaban, seguramente, que su invitación a los ciudadanos de a pie a decir a Wall Street lo que piensan de él, llegaría a constituir un estímulo tan poderoso. Resultó que el país había acumulado tanto descontento que una simple, pero genial, consigna bastó para consolidar un movimiento masivo.

Copia estadounidense de la “primavera árabe”

Fue la revista Adbusters, publicada en internet por un grupo anticonsumo canadiense  y poco conocida hasta ahora, la que lanzó la idea exhortando a protestar contra la codicia de los magnates de Wall Street y los bancos y, en general, contra el capitalismo codicioso, bajo la consigna “Ocupa Wall Street” (Occupy Wall Street).

La primera concentración, el 17 de septiembre, parecía una FlashMob en Wall Street, cerca de la Bolsa de Valores. En ella participaron unas 200 personas. La manifestación en el puente de Brooklyn el 1 de octubre reunió unas 2 mil.

Los que salen a protestar carecen de líderes y organizadores oficiales, también de programa. Les une el sentimiento de que alguien les arrebató el sueño americano y de que el sistema - desde Wall Street hasta el Congreso y la Casa Blanca - necesita ser reconstruido.

 Los actos de protesta se organizan a través de FaceBook, Twitter y otras redes sociales. La mayoría de los que se han movilizado son jóvenes de 20 a 24 años, aunque también gente más madura, obreros, intelectuales, jubilados van uniéndose al movimiento.

Es, en cierto modo, la versón estadounidense de las “revoluciones árabes” y protestas ciudadanas europeas. No lo ocultan los activistas del movimiento. Es frecuente la afirmación en las redes que es hora de montar a Wall Street y la Casa Blanca su propia “primavera árabe”, u “otoño”, o “invierno”. En las páginas web, al menos, se habla de unas protestas permanentes.

No es de extrañar que esto esté ocurriendo, lo que sí es extraño es que haya tardado tanto en llegar a la “cuna” de la crisis financiera de 2008 que originó los actuales problemas con el euro, con las deudas de Grecia, Irlanda, Portugal e Italia, con la eventual segunda ola de la crisis económica. Por lo visto, Estados Unidos tenían que madurar.

Pero la crisis representó un catalizador ya que por su culpa muchos perdieron trabajo, dinero, posibilidad de estudiar. O sea, perdieron la seguridad y la confianza en el futuro.

Y, la verdad sea dicha, todo esto puede ser peligroso. Porque cunado los estadounidenses pierden la paciencia, se hacen ingobernables.

El ala izquierda del Partido del Té

El movimiento Tea Party  (Partido del Té), que adoptó el nombre del denominado Motín del té (en inglés: Boston Tea Party) de Boston en el siglo XVIII, nació en 2009 como respuesta a la gestión del gobierno republicano.

 Este movimiento radical de derechas, que también carece de líderes, acusó a los republicanos de la mala política fiscal y presupuestaria, de burocracia federal y alto gasto público, y empezó a manifestarse en apoyo a sus demandas. No es, estrictamente hablando, un partido político, pero ningún senador ni congresista de derechas puede aspirar a entrar en el Congreso sin estar respaldado por el Tea Party.

Ahora, Nueva York dio al país un nuevo movimiento de protesta “Ocupa Wall Street”. Según la prensa estadounidense, es una versión del Partido del Té situada en el extremo izquierdo del espectro político del país.

Hollywood está a favor

El 1 de octubre el Departamento de Policía de Nueva York organizó al movimiento “Ocupa Wall Street” un “bautizo” inolvidable deteniendo unos 700 manifestantes en el puente de Brooklyn.

 Los últimos afirman que los policías primero les hicieron salir de la acera a la calzada y luego les arrestaron por obstrucción al tráfico. La policía afirma que no hizo nada semejante.

Sea como fuera, la detención masiva no pudo pasar desapercibida. Los medios de comunicación centraron toda su atención en lo ocurrido, haciendo del incidente noticia “bomba”.  Sirvió de acto publicitario de gran envergadura, algo en que los propios organizadores no se atrevían a soñar.

Ahora el movimiento “Ocupa Wall Street” es apoyado por los sindicatos, fuerzas políticas de la izquierda, escritores, periodistas y el Hollywood. Esta alianza en EEUU es imposible de ignorar. Y menos un año antes de las elecciones presidenciales (en noviembre del año que viene).

La Federación Unida de Maestros, el Sindicato de Trabajadores del Transporte y el Sindicato de Trabajadores de Comunicación (con más de 700 mil miembros) ya participaron en las marchas de los “ocupas”. Las estrellas de Hollywood, como Susan Sarandon o Michael Moore, expresaron su solidaridad con los manifestantes. Ya se separaron del “Ocupa Wall Street” los movimientos menores como Occupy Washington, Occupy Together, Occupy Boston. Las marchas, además de en Nueva York, tuvieron lugar en Chicago, Boston y muchas ciudades más, también fuera de EEUU.

Los periódicos estadounidenses pronostican que ahora a los “ocupas” se unirán antiglobalistas, anarquistas, trotskistas y otros “istas” de ultraizquierda. Esto podrá desfigurar el perfil pacífico del movimiento y dar motivo a las autoridades de dejar de miramientos con él.

Por cierto, en las redes sociales ya se publicaron mensajes de que el grupo de ciberactivistas Anonymous se está preparando para apoyar a los “ocupas” el lunes, 10 de octubre, atacando y “tumbando” Wall Street. Sin embargo, los Anonymous desmintieron esta información y la calificaron de provocación.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI


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