El gasoducto South Stream es ventajoso para Rusia

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En el marco del modelo económico existente en Rusia, los gasoductos Nord Stream y South Stream son proyectos necesarios a pesar de ciertos inconvenientes, opina el director del Centro de la Política Energética del Instituto ruso de Europa, Alexei Jaitún.

En el marco del modelo económico existente en Rusia, los gasoductos Nord Stream y South Stream son proyectos necesarios a pesar de ciertos inconvenientes, opina el director del Centro de la Política Energética del Instituto ruso de Europa, Alexei Jaitún.

- ¿Qué significa para Rusia el acuerdo relativo al proyecto de gasoducto South Stream firmado la semana pasada con las empresas europeas?

Por un lado, para Rusia es un proyecto muy ventajoso, aunque por otro lado, está relacionado con muchos problemas de índole política. ¿Por qué es ventajoso? Según los cálculos aproximados, su costo ascenderá a unos 25 mil millones de dólares. La capacidad media del gasoducto será de unos 25 mil millones de metros cúbicos al año. Ahora los precios de gas natural en Europa subieron mucho y oscilan alrededor de unos 500 dólares por 1000 metros cúbicos. Hace poco el mismo volumen costaba 300 dólares. El precio corriente (spot) es de unos 400 dólares. De ahí que se estima que las ganancias anuales podrán alcanzar 12 mil millones de dólares anuales. Si restamos los costes de extracción y bombeo resulta que la construcción del gasoducto se amortizará en 2,5 años. Demasiado pronto, aunque todo eso será posible si se llega a construir.

Ahora hablemos de los problemas que pueden obstacularizar la realización del proyecto. El gasoducto pasará por el fondo del mar, en algunos tramos alcanza hasta 1.500 metros de profundidad. Esto, creo, le resta estabilidad. Además, en el fondo del Mar Negro, que es un mar interior y no tiene muchas corrientes, se acumula sulfuro de hidrógeno, lo cual es muy peligroso. Tampoco Turquía confirmó el trayecto del gasoducto por su territorio. O sea, existe un acuerdo pero falta el consentimiento de Turquía que lucha por su propio proyecto, Nabucco. Otro problema: ¿cómo llenar el nuevo gasoducto? Todo el gas natural que se extrae actualmente ya está distribuido por los gasoductos. Si lo desviamos de allí para llenar el South Stream, éste no será rentable. Aunque tiene una ventaja política: si South Stream “gana” a Nabucco, las repúblicas de Asia Central no tendrán salida independiente al mercado europeo y seguirán suministrando su gas a través de Rusia.

- ¿Hasta qué punto es viable el proyecto de Nabucco? Tras la firma del acuerdo sobre la construcción del South Stream, la de Nabucco no tiene sentido.

Turkmenistán, Azerbaiyán y Kazajstán buscan independencia económica, así que el proyecto del gasoducto Nabucco sería una buena posibilidad para estos países de vender su gas sin intermediarios.

- ¿Cómo puede solucionar esta situación la parte rusa y hasta qué punto será justificado políticamente?

De ninguna manera. Y desde el punto de vista político tal solución no sería de ninguna manera justificada. Los gasoductos que atraviesan Ucrania fueron construidos en los tiempos soviéticos usando tecnología importada y por el trayecto más corto, y siguen siendo la vía más cómoda de tránsito. Pero está el problema de que Ucrania se niega a pagar el precio alto. Rusia, en una ocasión, ya cortó los suministros de gas para su vecino eslavo, el cual, a su vez, cortó el tránsito de gas hacia Europa. En aquella situación la entonces primera ministra ucraniana Yulia Timoshenko firmó los contratos que establecían precios de gas admisibles para Rusia.

Ahora, por cierto, Timoshenko protagoniza un proceso judicial debido a dichos contratos, aunque Vladimir Putin, su homólogo y firmante por parte rusa, insiste en que los contratos son absolutamente legales y correctos. El consorcio gasístico ruso Gazprom propone a Ucrania comprar la red gasista del país. Entonces garantizará el precio de gas bajo y el mantenimiento completo de las tuberías. Sin embargo, Ucrania no va a aceptar tal propuesta ya que el sistema gasista es considerado patrimonio nacional que no puede ser vendido a nadie.

- ¿Esto significa que no hay manera de ponerse de acuerdo con Ucrania?

Sí, hay manera, pero no bajo nuestras condiciones.

- Sin embargo, todo el mundo está esperando un nuevo conflicto alrededor de los suministros del gas ruso a Ucrania. O sea, la única salida sigue siendo la construcción a despecho de todos, del South Stream, justificada desde el punto de vista económico pero no político.

Aquí hay una confusión muy grande. Y es que los intereses de Gazprom no equivalen a los intereses de Rusia. Creo que Rusia está mucho más interesada en conservar relaciones amistosas con Ucrania, y estas relaciones deben construirse a partir del principio de igualdad y no de fuerza. Además, Rusia no está interesada económicamente, ya que, de construirse el South Stream, se canalizarán por él  unos 100 mil millones de metros cúbicos de gas, otros 50 mil millones se transportarán por el gasoducto Nord Stream. De modo que la mitad de todo el gas exportado dejará de pasar por el territorio de Ucrania que perderá gran parte de sus ingresos por el tránsito. Rusia tampoco se beneficiará ya que el coste del proyecto es alto. Y las consecuencias, no las tendrá que afrontar Gazprom, sino los que firman los contratos.

- ¿Se puede llamar todo esto la política gasista nacional?

Sí. Esto es política gasista del estado ya que los contratos de este tipo no se firman sin participación del mismo. Son contratos a largo plazo, muy importantes y de interés nacional. Pero su ejecución corre a cargo de Gazprom.

- ¿Entonces que pasa con estos proyectos? ¿Son capaces de empeorar la situación?

Estos proyectos amenazan el futuro político del país. Otro problema, aún más grave, es de dónde sacar tanto gas. Rusia está explotando los mismos yacimientos que en la época soviética. Desde los años 1990 Gazprom no recibió ninguna inversión estatal mientras parte de sus ganancias se destinaban a los programas sociales estatales y otras necesidades. Pero cualquier yacimiento se agota. Hace 4 años el famoso yacimiento de Urengoi en el norte de Siberia Occidental estaba agotado en 60%. Y la explotación de los nuevos yacimientos requiere unas colosales inversiones que el gobierno ruso no puede permitirse. Por lo tanto, habría que reducir la extracción, en cambio los planes son bien distintos: monopolizar los suministros a Europa para doblegar a Ucrania y dictar su voluntad a Europa.

- ¿Entonces, el objetivo final de estos proyectos no es únicamente limitar las posibilidades de Ucrania?

Su objetivo es limitar a Ucrania y a todos los países de Europa del Este. Pero en el caso de Ucrania esto significa también presionar políticamente. El presidente actual del país, Víktor Yanukovich, que había sido apoyado por el gobierno ruso en su momento, ahora discute con Rusia los temas del gas. Los ucranianos, como ya he dicho, consideran el sistema gasista del país patrimonio nacional y quieren recibir los dividendos. Sí, los yacimientos del gas están en Siberia, pero también los ucranianos participaron en su explotación.

- Fue en otra época.


Ya, pero en Ucrania piensan: nosotros estuvimos trabajando en Siberia para construir las tuberías de gas y ahora nos lo venden a ese precio. Creo que si se quiere encontrar un compromiso, el más fuerte tiene que ceder.

- Hablando del Nord Stream, ¿qué significa para Rusia?

Son entre 50 y 60 mil millones de metros cúbicos al año que se transportan directamente a Alemania. Pero hay un pequeño detalle. Antes Europa confiaba en Gazprom, que durante muchos años había cumplido todos los contratos. Desde que sucedió el conflicto con Ucrania, no hay más confianza. La legislación europea prohíbe importar más de 25% de energía del total importado de un mismo país. Antes esta regla no se observaba, ahora sí. Es más, se planea revisar a la baja esta cifra.

- ¿Finalmente, es más beneficioso el Nord Stream?


Sigue siendo menos beneficioso que el tránsito a través de Ucrania ya que es mucho más barato transportar el gas por vía terrestre. Alemania cree que tiene un canal de reserva, por si hay conflicto entre Rusia y Ucrania. Sin embargo es poco probable que Nord Stream reemplace por completo los gasoductos ucranianos.

- ¿Cómo será la política gasista de Rusia en adelante?

El sector energético ruso está agotando sus posibilidades. Seguramente tendremos que concentrarnos más en la satisfacción de las necesidades internas. La tarea principal del país es realizar una política ahorrativa de energía. No se puede confiar en que la economía de un país como Rusia se base en la exportación de un sólo producto, aunque sea del gas natural. En el marco del modelo económico existente en Rusia, se podría declarar que los gasoductos Nord Stream y South Stream son proyectos poco rentables. Conllevan muchos problemas políticos y prevén extracción elevada del gas que es recurso agotable.

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