Christine Lagarde será la nueva Directora Gerente del FMI

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La dirección del Fondo Monetario Internacional (FMI) es femenina: el Consejo de Administración del Fondo decidió quién sustituirá al antiguo Director Gerente, Dominique Strauss-Kahn, dimitido por pleitos penales en Nueva York.

La dirección del Fondo Monetario Internacional (FMI) es femenina: el Consejo de Administración del Fondo decidió quién sustituirá al antiguo Director Gerente, Dominique Strauss-Kahn, dimitido por pleitos penales en Nueva York.
La persona en cuestión es la actual ministra de Economía, Finanzas e Industria de Francia, Christine Lagarde, que asumirá la dirección del FMI durante los próximos 5 años.
 
¿Sólo los europeos pueden salvar a Europa?
La candidatura de Lagarde fue apoyada por todos los países que tienen peso en la organización: el pasado martes Estados Unidos, Brasil y algunos países más anunciaron su apoyo a la candidata a Directora del FMI.

A finales de mayo, el primer ministro de Rusia, Vladimir Putin, calificó la candidatura de Lagarde como “seria” y “aceptable” y el pasado martes el vicepresidente del Gobierno de Rusia, Alexei Kudrin, confirmó que Rusia apoya su candidatura. No obstante, junto con un número de países, entre los cuales figuran la India, China, Brasil, Moscú ve con recelo la supremacía de los europeos en la Dirección del FMI.

De acuerdo con una especie de tradición, el FMI siempre ha sido dirigido por un europeo, mientras que el Banco Mundial suele estar presidido por estadounidenses. Christine Lagarde será la quinta representante de Francia en el puesto. Su principal rival, el Gobernador del Banco Central de México, Agustín Carstens, tenía bastante menos posibilidades de asumir este cargo: Lagarde fue apoyada por los representantes de toda la Unión Europea y Estados Unidos y el total de sus votos, que suponen solo en caso de la UE el 30%, superaron con creces los votos del resto de los 187 países miembros del Fondo.

Todo parece indicar que no ha llegado todavía la hora de cambiar drásticamente todo el sistema de selección de los directivos del FMI e inyectarle sangre asiática, africana o latinoamericana. Por otra parte, en esta época de postcrisis tal postura tendría más sentido.
A Lagarde le tocará asumir la dirección del FMI en un complicado período de sacudidas financieras generadas por la crisis económica global de 2008 que están afectando precisamente a Europa, más concretamente, a la UE y con exactitud todavía, a Grecia.
 Y como en un futuro no muy lejano Grecia no se recuperará y su estado seguirá repercutiendo en la UE y en todo el sistema financiero del mundo, una europea al mando del organismo de ayuda financiera no está nada mal.
Lo único que se le echa en cara a Lagarde es la falta absoluta de formación en el campo económico. Es verdad: ha estudiado Derecho. Es la primera vez que el FMI será dirigido por una mujer y, a diferencia de los anteriores directores, por una persona sin formación económica ni financiera.
Sin embargo, este tipo de argumentos parece provenir de los “machistas financieros”, porque con la cantidad de asesores financieros que tiene contratado el FMI a sus directivos no les hace falta ser catedráticos en Economia.
 Por otra parte, la nueva Directora Gerente es una persona muy trabajadora y capaz que en los largos años que lleva ocupando cargos dentro y fuera del Gabinete francés, conoce de sobra los mecanismos financieros.

Y el Fondo Monetario Internacional precisa en estos momentos de capacidad para maniobrar y encontrar soluciones acertadas, ser diplomático y conseguir fórmulas de compromiso para todas las partes. Se rumorea que este “saber negociar” Lagarde se lo debe a la natación sincronizada: en la juventud incluso formaba parte de la selección de Francia.

Todas estas virtudes encontrarán aplicación en el puesto del Director del FMI que ha de saber mostrarse flexible sin desviarse del curso estratégico.

Gracia y voluntad de Christine Lagarde

La señora Lagarde, a pesar de haber “nadado en equipo” no es dócil en absoluto. En el puesto de ministra de Comercio, Agricultura y Finanzas y como Directora de Baker & McKenzie, el bufete de abogados más grande de Estados Unidos, fue implacable y cuando hizo falta, supo defenderse. Tiene muy buena formación, ha vivido muchos años en Estados Unidos y habla inglés tan bien como francés.
El FMI es un barco demasiado pesado para que un nuevo Director pueda de buenas a primeras cambiar su rumbo. El antecesor de Lagarde, Dominique Strauss-Kahn ya había empezado a cambiar la orientación del Fondo hacia los “mercados en vías del desarrollo”, en los que se incluye la India, Rusia y, por supuesto, China, Brasil y algunos otros países.

Lagarde parece estar dispuesta a ir todavía más lejos. Sea como sea, durante su “campaña electoral”, es decir, un mes de viajes a las capitales mundiales y entrevistas con los miembros del FMI, todo el mundo oía de ella lo que quería oír.

“No soy candidata por Europa ni candidata por Francia, sino soy candidata para servir a los 187 miembros del FMI”, señaló y prometió que la organización no asumirá ninguna postura rígida, como solía hacer antes, sino que mantendrá una actitud flexible hacia cada uno de los miembros, para lo cual se tendrán en cuenta las condiciones nacionales y específicas de aquellos países que precisan de ayuda financiera.

Así, a China le prometió aumentar sus cuotas en los fondos comunes de la organización, lo que hará crecer su peso en el FMI.
Ya se verá qué promesas serán cumplidas, pero hasta ese momento el FMI, prestando créditos a los países al borde de la suspensión de pagos casi daba por supuesto que estos debían aplicar unas medidas draconianas para garantizar el buen uso de los recursos recibidos.
Como consecuencia, se producían cataclismos sociales y no se lograba sacar provecho a los créditos. La situación en general recordaba mucho la usura.

Por otra parte, no formular ninguna condición a estos países habría sido igual a dejarles carta blanca y concederles dinero “sin más”, lo que también pasaba en numerosas ocasiones. La opción de Lagarde está por verse.
Lo que sí queda claro es que es una mujer notable en todos los sentidos: esta parisina llegó a ser la primera ministra de Finanzas en la Historia de Francia y, después del presidente Nicolas Sarkozy, Christine es la miembro del Gabinete francés más famosa en el mundo.
Figura entre las 10 mujeres más influyentes a nivel mundial. Le encanta buscar indicios de discriminación de género en la esfera de la política y finanzas.

Hace poco manifestó, hablando de la última crisis financiera que arrasó la eurozona que los “padres fundadores” habían sentado “una base demasiado frágil” para el euro. “Fíjense, prosiguió, los padres fundadores. Desgraciadamente, no hubo ninguna mujer sentada a la mesa con ellos”. Christine Lagarde está segura de que el exceso de testosterona no hace ningún bien.
Es vegetariana convencida, no toma alcohol, practica el yoga, cultiva flores y, por supuesto, disfruta de la natación. Está divorciada, tiene dos hijos y vive con su pareja de hecho.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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