La recién descubierta fuente potencial de la infección intestinal E-coli, causa de muertes en Europa, apenas presenta peligro para los habitantes de Rusia.
Ocurre que la cepa patógena fue encontrada en brotes de soja, después de que los alemanes anunciaran que los pepinos procedentes de España no estaban contaminados con la bacteria.
Los expertos explican que la soja se importa a Rusia principalmente desde los países de América del Sur, lo que queda más que lejos de la granja de cultivo de soja al norte de Alemania que está bajo sospecha. Y la mitad de la soja consumida en Rusia es de producción nacional.
La soja está de moda
El pasado 5 de junio se conocieron nuevos datos sobre el posible origen de la peligrosa infección intestinal que está castigando Alemania: los brotes de soja, señaló el representante del Ministerio de Agricultura de Baja Sajonia, Gert Hane.
Según Hane, los resultados de las pruebas no permiten de momento hacer conclusiones definitivas. Sin embargo, informó, muchas de las víctimas habían consumido los brotes de soja.
El Comité de Control Sanitario de Rusia es implacable: las hortalizas europeas podrán entrar en el país únicamente después de que las autoridades de la UE o de Alemania comuniquen de manera oficial cuál ha sido la fuente de la epidemia y qué medidas se tomarán para frenar la propagación del virus.
De acuerdo con las agencias noticiosas mundiales, próximamente podría confirmarse la suposición de que los brotes de soja están en el origen de la enfermedad. Al mismo tiempo, se recomienda que los alemanes no pasen por alto los anteriores avisos sobre el peligro del consumo de lechuga, tomates y pepinos.
Cuesta menos traerlo de Brasil
Según expertos en la Unión Cerealista de Rusia, no tiene sentido para el país prohibir las importaciones de soja, al indicar que en breve pueden aparecer versiones sobre otras fuentes de la infección. Además Europa casi no exporta soja a Rusia.
“Un 50% de la soja consumida en Rusia es de producción nacional y la otra mitad se importa principalmente de los países de América del Sur”, explicó a RIA Novosti el Director del Departamento de desarrollo y relaciones externas de la Unión Cerealista de Rusia, Alexander Rabski.
Los principales productores de soja están concentrados en Rusia en el Lejano Oriente (cerca del 70%), de donde el producto se transporta a las distintas regiones rusas, y en el Distrito Federal Sur (cerca del 20%).
“Dudo que alguien esté trayendo soja de Alemania, los precios son tan altos que sale más económico importarla de Brasil”, señala Rabski. La soja, continúa, se importa para su uso en ganadería y avicultura, donde complementos a base de soja se mezclan con los piensos.
Por otra parte la soja, a pesar de ser muy buena para el organismo, no suele formar parte de la alimentación de los rusos. “Hace 5-10 años estaba muy de moda la leche de soja, el tofu y demás productos elaborados a base de soja. Incluso se llegó a comprar la maquinaria, pero finalmente no salió nada”, explica el experto.
De modo que la soja alemana no presenta peligro para los habitantes de Rusia: bajo sospecha está solo una granja de producción situada en el estado de Baja Sajonia al norte de Alemania, comunicó la agencia alemana DPA.
A fecha de 6 de junio, en el norte de Alemania la bacteria se había cobrado la vida de más de 20 personas, estando infectadas 1.700 personas. En Rusia, de momento, no se ha registrado ningún caso de la enfermedad.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
