Por lo visto, falta poco para descubrir el enigma en torno al accidente del explorador Sigismund Levanevsky, desaparecido en las tierras árticas en 1937 durante un vuelo de avión a Estados Unidos a través del Polo Norte.
El 17 de febrero dos todoterreno flotantes comenzarán la expedición de circunnavegación “Anillo polar” que antes de finales de junio cruzará zonas de difícil acceso en las regiones árticas de de Europa, Asia y América y con planes de establecer el lugar del posible aterrizaje del avión de Levanevsky en la isla de Elsmir.
Ocho investigadores polares, dos de ellos, canadienses de procedencia rusa, recogerán muestras de hielo, estudiarán los osos polares, en condiciones extremas realizarán pruebas del sistema de navegación por satélite “GLONASS” y sondearán las posibilidades para el desarrollo del turismo en el extremo Norte. El campo de estudios de la expedición se extenderá desde el territorio de Rusia hasta Canadá.
Las etapas de la expedición podrán ser seguidas a través de Internet. Se trata de un proyecto, que en teoría se preparó casi 30 años. El primer reto práctico en el marco de este programa fue lanzado por los investigadores del Polo en 2002, el último de los viajes planeados está previsto para 2014.
Para este año, los científicos lograron convertir la zona del Ártico en un polígono para comprobar la eficacia de equipos rusos de alto contenido tecnológico. Desde 2002 fueron probados 5 modelos exclusivos de vehículos todoterreno, en la próxima expedición participará el sexto modelo del vehículo con seis ruedas y de tracción total, que permitirá, de acuerdo con su diseñador, “cubrir unos 8.000 km de trayecto por la tierra y los estrechos todavía inexplorados”.
El diámetro de las ruedas de la maravilla técnica rusa es de 1.700 mm, lo que aumenta considerablemente su capacidad de transitar y flotar, en comparación con el modelo anterior con unas ruedas de 1.300 mm. Se supone que este nuevo “tanque” de exploración polar será capaz de transportar la expedición por la “granizada” de hielos a la deriva.
Los viajeros tendrán que cubrir un gran trecho por la zona de los hielos a la deriva, según estimaciones preliminares, hasta 3.000 km: la expedición sale de la Isla Sredni del archipiélago de Severnaya Zemlia, seguirá su camino por los hielos a la deriva del Océano Glacial Ártico hacia el Polo Norte y terminará cerca del poblado canadiense de Resolute Bay.
La ruta puede resultar algo más larga de lo previsto, cuentan los expertos, porque los hielos flotantes son un fenómeno apenas predecible que podría suponer complicaciones adicionales para los miembros de la expedición.
Desplazarse por las tierras árticas con una gran carga es un proceso fatigoso: se pierde la coordinación de las actividades, parte de la expedición corre el riesgo de quedar atrás o extraviarse. Por lo tanto, esta expedición ha de ser más móvil. El combustible diésel de los vehículos se repondrá en la base “Barneo” situada a unos 100 km del Polo Norte que empezó a funcionar a finales de marzo de 2009. La base será el punto de parada más significativo de la expedición. Para unas paradas más largas simplemente no habrá tiempo, hay demasiadas tareas formuladas ante los viajeros.
Uno de los objetivos es llamar la atención de la juventud que no suele interesarse por las investigaciones del Polo que se están llevando a cabo en el país ni por el equipo técnico empleado. Los estudiantes de los colegios a veces ni siquiera saben en qué podrían gastar su energía y, por lo tanto, es muy importante interesarles con algo constructivo, como, por ejemplo, los viajes.
Los investigadores suponen que la juventud demostrará interés por la “Cápsula del mundo”. Se trata de dejar caer al fondo del Océano Glacial Ártico una cápsula especial que contendrá un mensaje electrónico dirigido a las futuras generaciones.
Sin embargo, no sólo las futuras generaciones necesitan ser informadas sobre las investigaciones árticas: alrededor de la expedición en cuestión existe un vació informativo completo, porque los medios de comunicación no están interesados en darle cobertura, optando por temas mucho más sangrientos.
Es probable que los miembros de la expedición logren desvelar uno de los más antiguos secretos de las tierras árticas, establecer el lugar del accidente del avión de Levanevsky, los escritores recibirán un inmejorable material para crear una novela sobre las proezas de los viajeros contemporáneos del estilo de la clásica novela de aventuras.
Y si dicho enigma, sigue escondido tras la gruesa capa de hielo y nieve, no obstante, la expedición no perderá su valor.
Porque su objetivo principal es la superación física y moral de sus participantes que deberán vencer los obstáculos creados por la naturaleza.
Antes los periódicos y los libros se dedicaban a hablar de eso, mientras que ahora, los artífices de la “opinión pública” prestan más atención a los ajustes de cuentas entre criminales que a los descubrimientos científicos.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
