Habitantes de El Cairo desmontan barricadas en la plaza Tahrir tras las manifestaciones de muchos días.
Habitantes de El Cairo desmontan barricadas en la plaza Tahrir tras las manifestaciones de muchos días.
El viernes pasado, el presidente de Egipto, Hosni Mubarak, renunció al poder y lo entregó al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas encabezado por el ministro de Defensa, Husein Tantawi. Los habitantes de El Cairo acogieron con júbilo esa noticia. Adornaron balcones de sus casas con oropel. Al cielo subieron numerosos globos de aire.
El Ejército ya declaró que no tiene intención de suplantar a las autoridades civiles legítimas.
Los militares prometen garantizar la celebración de las elecciones libres y honestas y la realización de las reformas democráticas.
El domingo pasado, en la plaza Tahrir, lugar central de confrontación con las autoridades, volvieron a circular autos. Fueron desmontadas las tiendas de campaña y empezaron a retirar las barricadas.
Tras manifestaciones de muchos días, en la plaza quedaron toneladas de basura, que hace falta limpiar.
Pero no todos los manifestantes se fueron de la plaza. Algunos quedaron para insistir en que los militares cumplan sus exigencias sin dilaciones. La víspera, a las calles de El Cairo y otras ciudades salieron obreros, empleados de bancos, periodistas y hasta policías exigiendo subirles los salarios y mejorar las condiciones de trabajo.
La plaza Tahrir (de Liberación) es la más grande y una de las más bellas de la capital egipcia. Allí se ubican el Ministerio del Interior, la sede de la Liga de los Estados Árabes y el famoso Museo de El Cairo. La plaza recibió su nombre actual tras la revolución egipcia de 1953.
Habitantes de El Cairo desmontan barricadas y limpian la plaza Tahrir tras las manifestaciones de muchos días.
