La embajada de Rusia en Gran Bretaña podrá expedir visa al corresponsal de The Guardian, Luke Harding, si el periodista soluciona problemas técnicos pendientes, declaró hoy el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Alexander Lukashévich.
“Si el señor Harding quiere seguir trabajando en Rusia, no hay ningún impedimento para eso. Pero primero deberá arreglar su estatuto de acuerdo con el procedimiento de acreditación vigente para los corresponsales extranjeros y luego solicitar el visado en la embajada rusa”, dijo Lukashévich.
Tras recibir la visa, el periodista podrá proseguir su actividad profesional en el marco del período por el que le fueron prorrogadas sus facultades como corresponsal del rotativo británico The Guardian, explicó.
“Se trata de una cuestión técnica, por la que no valía la pena levantar mucho ruido (...). El señor Harding sabe bien que teníamos contactos normales. El único requisito que planeamos a todos los periodistas consiste en acatar nuestras leyes internas y estar en estrecho contacto con el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia. Además, recibir un permiso especial para viajar a las regiones de acceso restringido”, añadió el diplomático.
El sábado pasado, las autoridades fronterizas rusas negaron a Harding la entrada en Rusia y lo deportaron a Gran Bretaña en el vuelo más próximo. La cancillería rusa, al explicar la víspera tal proceder, afirmó que “el periodista cometió varias infracciones de las normas de trabajo establecidas para los corresponsales extranjeros por el Gobierno de la Federación Rusa. En particular, partió a Londres, sin recoger el carnet de corresponsal extranjero que le fue expedido, aunque sabía que debía hacerlo”.
En la tarde del lunes pasado, en el microblog del periodista y en la página web de The Guardian fue insertada la información de que a Harding no le dejaron entrar en Moscú, le anularon el visado sin explicar por qué lo hacían y lo deportaron a Gran Bretaña.
El canciller ruso Serguei Lavrov declaró el martes pasado que Harding había infringido en más de una ocasión las reglas de acreditación. Pero el periodista no aceptó tal explicación. En su apoyo se pronunciaron muchas organizaciones internacionales y uniones periodísticas.
Luke trabajó de corresponsal de The Guardian en Moscú durante los últimos años. Tuvo problemas con las autoridades anteriormente. En particular, en abril de 2010 fue detenido en la república caucasiana rusa de Ingushetia. Los últimos meses estuvo implicado en la publicación en The Guardian de unas filtraciones de WikiLeaks, en particular, sobre Rusia y las figuras clave de su política y negocios. También cubría el proceso judicial contra el fundador de WikiLeaks, Julian Assange. Es coautor del libro “La guerra contra el secretismo”, que narra la historia de WikiLeaks.
