El presidente de Egipto, Hosni Mubarak, anunció anoche la destitución del Gobierno a raíz de los disturbios masivos en el país que causaron más de una veintena de víctimas mortales, informó hoy la prensa local.
Miles de manifestantes salieron a las calles el pasado 25 de enero en Egipto con las exigencias de realizar las reformas económicas y políticas y reclamando la dimisión del presidente Mobarak, de 82 años, quien gobierna el país desde hace 30 años. El pasado viernes los actos de protesta alcanzaron su punto culminante. Las autoridades decretaron el toque de queda en todo el territorio nacional.
En el mensaje televisivo dirigido a la nación en altas horas de la noche del viernes el jefe de Estado anunció la destitución del gabinete de ministros y prometió formar el nuevo Ejecutivo ya este sábado.
El líder egipcio destacó que respeta el derecho del pueblo a las manifestaciones, pero enfatizó que en algunas ocasiones “los manifestantes se pasaron de la raya”. Al mismo tiempo, Mubarak prometió adoptar las medidas pertinentes para democratizar la vida en el país, mejorar el bienestar de la población y combatir el desempleo.
Decenas de miles de manifestantes comenzaron a congregarse ayer en las plazas centrales de grandes ciudades egipcias para protagonizar “el viernes de repudio”.
En El Cairo la policía utilizó casi todo su arsenal –porras, gas lacrimógeno, balas de goma- para sofocar los disturbios que causaron al menos 18 muertos y más de 1.100 heridos.
Ante las acciones de protesta que se extendieron a otras ciudades del país, las autoridades decretaron el toque de queda en todo el territorio nacional. Según la prensa local, en la capital del país entraron las unidades del Ejército, incuido el material blindado.
Horas antes del inicio de las acciones de protesta masivas en Egipto dejó de funcional la telefonía móvil y en grandes ciudades se cortó el acceso a Internet para privar a las fuerzas de la oposición de la posibilidad de coordinar sus acciones.
Al mismo tiempo, según informa corresponsal de RIA Novosti, la policía y las fuerzas del orden abandonaron El Cairo tras los disturbios masivos ocurridos la pasada noche.
En las carreteras brilla por su ausencia la policía de tráfico y la circulación de vehículos está totalmente desorganizada.
El Ejército que entró en la ciudad el pasado viernes tomó bajo su control sólo los objetivos clave. Así, carros de combate de encuentran en la plaza donde se ubica el Museo Nacional de Egipto y varios blindados cumplen misiones de vigilancia cerca de la sede de la televición estatal y el Ministerio de Exteriores.
No obstante, la situación en la capital es tranquila y no se registran los enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas del orden.
