El terrorismo en el Cáucaso está sin cabecillas pero sigue matando

© RIA Novosti . Said Tsarnaev / Acceder al contenido multimediaAtentado contra Parlamento de Chechenia
Atentado contra Parlamento de Chechenia - Sputnik Mundo
Síguenos en
La semana pasada en Grozni, capital de la república rusa de Chechenia, se perpetró un insolente atentado: varios terroristas suicidas atacaron la sede del parlamento nacional.

La semana pasada en Grozni, capital de la república rusa de Chechenia, se perpetró un insolente atentado: varios terroristas suicidas atacaron la sede del parlamento nacional.

Este hecho sin lugar a dudas, es un indicio de que la situación en la región del Cáucaso del Norte está empeorando ya que en los últimos meses los terroristas han intensificado sus actividades en lugares que se consideraban seguros.

No obstante, el ministro ruso del Interior, Rashid Nurgalíev, quien se encontraba en Grozni en el momento del atentado, se abstuvo de comentarios alarmistas.

“Una situación como la de hoy es una acontecimiento poco frecuente. Chechenia es una república  estable y segura”,- manifestó el Ministro en una reunión con la plana mayor del ministerio del Interior de la República, tras conocerse que todos los atacantes habían sido aniquilados.

Según los datos de la Administración del Presidente checheno, Ramzan Kadyrov, en el atentado al parlamento participaron tres terroristas, pero fuentes del gobierno checheno hablaron de cuatro o cinco.

Merece la pena señalar que un “país estable y seguro”, tal como se entiende este concepto en Europa, seguramente no ha visto la “estabilidad chechena” de la que hablo Nurgaliev, ni en diez años ni, probablemente, en un siglo. El atentado se cobró la vida de tres efectivos de los órganos de orden público, y como mínimo 15 heridos.

No obstante, el ministro ruso afirmó que “la estructura terrorista clandestina en el Cáucaso prácticamente quedó sin comandantes” y  que las autoridades “consiguieron poner una barrera entre las guerrillas y los emisarios de los centros terroristas en el exterior”. Estos avances,- subrayó el ministro- “son un mérito indudable del ministerio del Interior de la República de Chechenia”.

Lo más triste de todo, es que poniendo a Chechenia como ejemplo ante otras repúblicas rusas del Cáucaso del Norte, Nurgalíev no anda muy lejos de la verdad: en Ingushetia y Daguestán los atentados terroristas son más frecuentes, y siegan la vida de muchas más personas.

Ello no quiere decir, por otra parte, que Chechenia sea un “sitio estable y seguro”, como insiste el ministro, sino que en las repúblicas vecinas se vive una situación todavía peor.

El problema está en que en los últimos 10 años los terroristas han dejado de ser nacionalistas y separatistas y se han convertido islamistas extremistas que luchan por la creación del “Emirato del Cáucaso”. En este grupo hay representantes de casi todas las etnias de la región, rusos incluidos.

No cabe la menor duda de que el “Emirato del Cáucaso” es un proyecto irreal, un fantasma que habita la imaginación de los fanáticos. Ese Emirato nunca ha existido, más bien al contrario: el Cáucaso del Norte históricamente siempre ha estado estrechamente ligado a Rusia y la Transcaucasia cristiana.

No obstante, la Historia conoce numerosos casos en los que los fantasmas acaban segando la vida de más gente que los intereses políticos reales. La razón es obvia, es imposible satisfacer las exigencias de los fanáticos dominados por sus fantasmas y parece que precisamente ellos llevan hoy la voz cantante en la estructura terrorista clandestina.

Es muy posible, que Nurgalíev tenga razón, al afirmar que la estructura clandestina de la guerrilla se ha quedado sin líderes. En pasado agosto los servicios secretos consiguieron aniquilar a Magomedali Vagábov, el número dos después de Doku Umárov. Y el mismo mes de agosto Umárov de repente publicó en Internet una declaración, por medio de la cual manifestaba su renuncia como líder. Una declaración que, por otra parte, no tardó desmentir.

Es verdad, los terroristas no andan muy bien de jefes, pero ello no debería ilusionar ni a las autoridades ni a los ciudadanos. La clandestinidad más peligrosa es aquella que actúa sin liderazgo aparente, porque simplemente no hay con quien negociar la entrega de armas o un alto el fuego.

Desgraciadamente, a pesar de un cierto desorden en la cúpula terrorista, los atentados no disminuyen en número, sino que por el contrario aumentan en número, como también su radio de acción.

El pasado 9 de septiembre una explosión en el mercado local hizo estremecer la ciudad de Vladikavkaz, capital de la República de Osetia del Norte que había vivido hasta aquel momento en relativa tranquilidad. Unas 19 personas murieron en el acto.

La población del Cáucaso se queja de la corrupción y los abusos por parte de los funcionarios locales, pero sin embargo se sigue anunciando como un gran triunfo que han sido liquidados más y más terroristas.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

Lo último
0
Para participar en la conversación,
inicie sesión o regístrese.
loader
Chats
Заголовок открываемого материала